

Secciones
Servicios
Destacamos
El día que lo mataron alguien me dijo: –Hijo, la era del anticristo justo acaba de comenzar». Esto es lo que expresan unos versos de ... la composición 'El asesinato más vil', en que Bob Dylan ajusta cuentas con la época que le tocó vivir en su juventud. En esa larga salmodia –apenas musitada– el momento de la muerte de Kennedy emerge como un hito espantoso que separaría los tiempos: «El alma de una nación ha sido arrancada/ y está empezando a entrar en una lenta decadencia».
Los instantes que ahora vivimos parecen confirmar que los sueños de toda una generación debieron de quebrarse entonces y que, después, Norteamérica no ha dejado de hundirse en su propio océano de sangre y confusiones. Hubo quien comentó que Trump blandiendo sus listas de aranceles semejaba un Moisés bajando de la montaña. Y, también, quien –más realista– lo comparaba con uno de los vendedores de elixires o crecepelos que recorrían los EE UU hasta principios del siglo pasado. Terrible –aunque asombroso– país donde los mercaderes de humo y los fanáticos predicadores de la Biblia siempre gozaron de gran predicamento; donde la fascinación por lo santo, lo puro o lo profético se entremezclan con la voracidad por el oro. Y donde, al final, las mayores atrocidades resultan justificadas porque –como igualmente recordaba Dylan– se perpetran «con Dios de nuestro lado».
«Guardianes de la pureza de lo folk» llama el personaje que representa al cantante –en la película 'A complete unknown'– a los que pretendían impedirle que cantara sus nuevas canciones en el festival de Newport de 1965 o incluso siguiera su propio camino musical. Y, en otra secuencia del filme, Dylan señala a tales censores: «Quienes deciden qué es la música tradicional». Y ya que menciono al poeta de Minnesota, seguramente convenga determinar –aunque sea de pasada– las coincidencias y diferencias de lo folk en el ámbito español y norteamericano. Pues, a pesar de confluir uno y otro en la frase que acabo de reproducir, o sea, en el control por parte de algunos de la pureza y autenticidad (o no) de lo que habría de considerarse folk y tradicional, hay una importante divergencia: amigos de Dylan, en aquellos años, como el también folksinger Dave Van Ronk, hablarían de Bob y de ellos mismos como 'neoétnicos', al fin y al cabo 'beatniks' neoyorkinos de los 60, poniendo –así– el énfasis en lo que, por ejemplo, las canciones –al margen de lo que explícitamente dijeran– tenían de ejercicio de resistencia del pueblo, entendido para el caso como el conjunto de gentes de las clases más desfavorecidas. Y, por eso, la música folk en los USA devendría en canción protesta.
En España, evidentemente, esa revelación o renovación de los aspectos subversivos y revolucionarios de lo popular (que ya había apuntado Antonio Gramsci) apenas se dio, si bien ensayos hubo al respecto. Sí que se produjo, sin embargo, algo parecido a aquella canción protesta, pero llegándose a la misma no tanto desde el folklore como desde el ámbito e influencia de la poesía llamada social. Aquí, por el contrario, cabe observar que –desde la Dictadura de Primo, si no antes, pasando por la de Franco y saltando por encima de la Transición política hasta llegar al presente– se mantiene la vigencia y continuidad de un modelo de tradición destinado a un fin ideológicamente conservador, si no reaccionario: a través de él se trata de que lo popular, depurado como tradicional o de siempre, amalgame pero no incordie demasiado a los sucesivos proyectos de control político y unificación nacional.
De modo que el intento de imposición del mismo tipo de inocuo folklorismo pintoresquista a cualquiera de los campos de manifestación de las culturas populares es un hecho comprobable. La existencia o persistencia, sin embargo, de lo popular más allá de manipulaciones historicistas, míticas o pseudoetnográficas por los nacionalismos, regionalismos y provincialismos viene a constatar que algo hay en las culturas que se resiste a ser controlado por los que mandan e incurren en abuso de su poder. Algo que convierte a la cultura en un elemento fundamental para poder resistir en tiempos difíciles.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.