La loca escalada del pactismo

El espigón de Recoletos ·
La democracia en España es esto: el lío máximo, el desencuentro y el Parlamento de Cataluña dando por saco con el derecho a la autodeterminación

David Felipe Arranz

Valladolid

Sábado, 30 de noviembre 2019, 08:37

Toda la clase política y la apolítica habla ya de la complicada legislatura que se avecina. La prueba es que la primera votación en el Congreso ha sido un sindiós, porque el parlamentarismo es eso: un plebiscito a contracorriente y que tenga tensión, con sus ... señorías en plan contendiente; el constitucionalismo hispánico no es una balsa de aceite como en las democracias evolucionadas, al estilo nórdico. Algunos recuerdan con nostalgia la democracia pugilística del bipartidismo de los fajadores Felipe/Aznar, pero esto es un todo contra todos. Porque todos han votado a redropelo, mientras la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha ido al despacho de Borrell –que se marcha a la Comisión Europea como altísimo representante– a por su cartera de Asuntos Exteriores hasta que tengamos nuevo Gobierno. Es una ministra interina, pero que ejercerá durante veinte días, avión va y avión viene. Ella es una clásica y los clásicos están por encima del 'timing'.

La vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, ha lanzado una de sus frases lapidarias, que cede gentilmente al personal reporteril en cuanto le arrima a la boca la alcachofa en cualquier esquina: «La autodeterminación no existe», ha dicho, que es tanto como negar la existencia del Espíritu Santo o la Santísima Trinidad. Una blasfemia, vamos. Y la portavoz Adriana Lastra, que llegó «con ánimo y esperanza» siente que le flaquean las piernas para vestir al santo. Todo se está llevando como mucho tiento, salvo por el pertinaz Rufián, que ha estado afilando el hacha desde su cagalera –los 'indepes' lo llamaron 'botifler' en los octubres–, y se ha marcado unas declaraciones en las que asegura que Sánchez ha sido derrotado y que no han gustado a los socialistas, poniendo así en peligro coaliciones, pactismos y meriendas de negros. Porque la democracia en España es esto: el lío máximo, el desencuentro y el Parlamento de Cataluña dando por saco con el derecho a la autodeterminación. Y vuelven a debatir sobre el Título VIII de la Constitución, mientras el Gobierno en funciones aprueba con el apoyo de Casado y de Arrimadas –oh, sorpresa– el decreto ley con medidas de urgencia sobre telecomunicaciones y administración digital, versus la 'república digital' que plantean los de ERC, los tsunamis 'indepes' y los CDR. Mientras el Gobierno, gracias a la reformada Ley de Telecomunicaciones, gestionará directamente las redes y servicios de comunicaciones electrónicas «que puedan afectar al orden público, la seguridad pública y la seguridad nacional», si a Putin y el ISIS les da por alterar la red con virus del Lejano Oriente y las cargas de sus 'hackers' mamelucos. Cosa que al consejero catalán de la cosa digital, Jordi Puigneró, le ha sentado muy mal, ya que a los 'procesistas' se les da de perlas 'viralizar' muy bien.

La Diputación Permanente del Congreso ha celebrado su último acto y el martes se constituirán las nuevas Cortes. Es decir, que han ido haciendo ganas del jaleo que se avecina. Sospechamos que los problemas emocionales de sus señorías rebasarán el estricto marco del pacto. Amén.