Lobbies
Después de las palabras ·
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Después de las palabras ·
En nuestro país, el término lobby tiene mala prensa, se le tacha de actividad delictiva propia de naciones con democracias endeblesEs un lugar común la considerable influencia en la economía mundial de los lobbies judíos pero se olvidan otros grupos de presión, como los lobbies católicos (prolongaciones del Vaticano, banco Ambrosiano), los lobbies árabes, rusos paneslavistas, indios e incluso los vinculados al protestantismo anglosajón, como ... precisa Diego Moldes, experto en temas judíos. La controversia creada en torno del lobby transcurre, desde quienes lo acusan de comportamientos inmorales hasta los que defienden la legitimidad de los colectivos y sus intereses siempre que sea en el marco legal del Derecho Internacional y de las naciones democráticas.
En nuestro país, el término lobby tiene mala prensa, se le tacha de actividad delictiva propia de naciones con democracias endebles. En el mundo anglosajón es práctica naturalmente aceptada desde el siglo XVI. Lo cierto, explicita Diego Moldes, es que hoy día muchos lobbies en Norteamérica y en la Unión Europea, no solo financieros, sino también políticos, ecológicos, feministas, etc., trabajan con transparencia en los medios de comunicación, tienen páginas web, y sedes visibles, y con presencia en comisiones parlamentarias en el Congreso y Senado de Estados Unidos, en el Parlamento Europeo, o en la ONU. Prueba de esta transparencia es la creación de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, que ha creado el Registro de Grupo de Interés.
Sin embargo, recuerda Ignacio Ramonet, en nombre del crecimiento y desarrollo, conceptos que presumen los lobbies, el planeta está inmerso en la destrucción sistemática de ámbitos naturales y saqueos de la fauna y flora, de los suelos, las aguas y la atmósfera, el despilfarro energético, el urbanismo exacerbado, la deforestación mundial, la contaminación de las capas freáticas, los mares y los ríos, el empobrecimiento de la capa de ozono, las lluvias ácidas. Y en definitiva, el imparable calentamientos del planeta y sus efectos, que ya sufrimos.
* blogs.elnortedecastilla.es/juanvillacorta/posts
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