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Le llaman Paco
Ojo al parche ·
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«Hay quien ahora le llama el Astérix de la aldea gala y califica su éxito de 'efecto'»La noche electoral del 26 mayo, y sobre todo la jornada posterior, la búsqueda 'Francisco Guarido' se disparó en Google. Paco Guarido ha saltado a ... la fama. Y todo porque nadie se explica cómo Zamora, vinculada tradicionalmente a la derecha, es la única capital de provincia española con un alcalde de Izquierda Unida. Y no de manera circunstancial, sino alcanzando una holgada mayoría absoluta tras vencer en todas las mesas electorales de la ciudad. ¿Sorpresa? Para quienes desde hace años elegimos vivir en esta preciosa ciudad, ninguna.
En Zamora hubo un concejal de IU en 1999, dos en 2003, tres en 2007, cuatro en 2011, ocho en 2015 y habrá 14 en este 2019. ¿Casualidad o causalidad? Guarido, y su equipo, en el que cuenta siempre con el apoyo de su mujer, Laura Rivera, se han pateado durante muchos años los barrios, han entendido sus necesidades y, en cuanto tuvieron la oportunidad de gobernar, supieron plasmarlo en un programa realista y entendible para todos, sin caer en la ideologización a la que algunos temían. Hay quien ahora le llama el Astérix de la aldea gala y califica su éxito de 'efecto'. Guarido (y su equipo) han demostrado mucho más que ser presos de un simple efecto. Para empezar, capacidad de gestión, transformando un Ayuntamiento endeudado en 14 millones en otro con superávit de 6 millones y con remanente más que suficiente como para invertir (a ver si es verdad que se animan). Pero, también, inteligencia política al haber alejado fantasmas y apostar de verdad por la transparencia. Tanto que incluso muchos votos tradicionales del Partido Popular han pensado más en la persona que en las siglas a las que representa. Tanto, que a estas alturas el líder nacional de Izquierda Unida, Alberto Garzón, debería haber pedido perdón por la presión ejercida a los cargos locales (en Zamora sirvió de poco) para prostituir sus siglas con las de Podemos.
Quizá el ciudadano no pida tanto. Quizá solo reclama respeto por quienes le representan. Quizá baste con premiar a quienes de verdad dan ejemplo, vengan de donde vengan, para sanear la paupérrima imagen de la política a la que nos han conducido los profesionales del coche oficial y los mangantes de guante blanco.
* Twitter: @EduardoRSanz
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