Billete de mil pesetas en una imagen de archivo.

Límites

Algo que decir ·

«Para la corona y para los demás órganos del Estado, todas las aspiraciones son legítimas, y todas ellas deben, en beneficio de la comunidad, limitarse recíprocamente»

Paco Cantalapiedra

Valladolid

Domingo, 13 de junio 2021, 07:43

Guardo en casa dos billetes que no pienso cambiar por euros; uno valía una pesetilla y el otro cinco mil.El primero es pequeño y marrón y según se lee es 'Una peseta de curso legal', tiene un retrato de alguien que parece ... Miguel de Cervantes y está firmado por el gobernador, el interventor y el cajero del Banco de España, lo cual me lleva a preguntarme cómo cabía tanto personal en un papel tan diminuto. El otro también es de un color parecido pero tirando a morado, está firmado por los jefazos que sustituyeron a los anteriores medio siglo después, y el retratado es el rey emérito, que también son ganas de mentar la bicha hablando de dinero.

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El pequeño no valía nada cuando me lo dieron, pero el de 5.000 calas era suficiente para cenar fuera, tomar una copa y volver con parné sobrante, mientras que con los treinta euros que abona hoy el Banco de España por él no se paga ni el taxi de regreso. La peseta no la vendo porque su valor actual es de 0,006 céntimos, incapaces de sacarme de ningún apuro, y el gordo prefiero quedármelo por una razón sentimental: en el dorso, don Juan Carlos dejó escrita esta frase: «Para la corona y para los demás órganos del Estado, todas las aspiraciones son legítimas, y todas ellas deben, en beneficio de la comunidad, limitarse recíprocamente. Firmado, Juan Carlos R». Unos límites legales que a día de hoy siguen afectando a todos los ciudadanos menos al firmante.

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