¿Dónde está el límite?

Siempre han existido líneas muy finas que ha dado miedo traspasar por la dificultad de delimitar las dos fronteras. ¿Dónde preferimos quedarnos? Es una duda que todos nos hemos cuestionado. La libertad o el respeto, la protección o la autonomía, la valentía o la rutina… ... hasta ahora cada uno podía elegir dónde situarse, pero en esta nueva normalidad hay quienes deben o tienen que elegir por nosotros. ¿Eso está bien? ¿Volver a ser niños con padres que les dirigen el camino? Pues no lo sé, pero creo que tan difícil es contestar esa duda, cómo decidir en estos momentos qué pasos hay que dar para continuar. Lo que creo que tengo claro es que como padres nunca sabrán si lo están haciendo bien o mal, pero creo que lo hacen con la única intención de proteger y salvaguardar la seguridad de los suyos.

Puede que cada uno de los sectores que dice ser los más afectados por la crisis piensen que las medidas adoptadas en nuestra comunidad son exageradas, que las localidades confinadas por brotes no entiendan esa restricción o que se cuestione si el uso de las mascarillas las 24 horas es el método más efectivo de contención. Pero lo que nadie puede o debería negar, es la realidad que se ha vivido hace no tanto tiempo en nuestros hospitales y en muchas familias que seguro quieren decir un par de cosas a los que se hacen llamar negacionistas.

Cada uno que se quede en la frontera que considere, pero espero que ninguno de los que sale a la calle sin importarles las consecuencias, necesiten la ayuda de los que nos están cuidando con todo el respeto.

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