Contra los bulos, el país cuenta con una oficina contra las falsedades en la red llamada POFMA (Protection from Online Falsehoods and Manipulation Act)
Óscar Beltrán de Otálora
Miércoles, 18 de marzo 2020
La crisis del coronavirus muestra la diferencia entre los enfoques asiático y occidental. Singapur es una isla con seis millones de habitantes. Sus autoridades son conscientes de que su país no soportaría una extensión de la epidemia -por el momento hay 117 infectados- y han actuado sin medias tintas hasta el punto de que su política ha sido puesta como ejemplo en Asia de la forma óptima de enfrentarse a la extensión de la enfermedad. Por ejemplo, han revisado todos los puestos de venta de mascarillas. Donde han detectado un encarecimiento han obligado a sus dueños a disculparse y bajar el precio.
Con los bulos son igual de expeditivos. El país cuenta con una oficina contra las falsedades en la red llamada POFMA (Protection from Online Falsehoods and Manipulation Act). No persigue a los usuarios sino al canal que no supervisa sus páginas. Facebook ya ha sido amonestada después de que dos usuarios hayan mentido sobre el cierre de una estación de tren o por permitir bulos sobre la falta de máscaras. Bromas las justas.
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