Maestros

Una encuesta realizada entre los docentes de Castilla y León revela que dedican más de cinco horas a la semana a todo menos a enseñar. Una montaña de informes, evaluaciones, adaptaciones curriculares y de memorias está secuestrando a los profesores de las aulas y colocándolos en un despacho lleno de formularios que se archivarán en ningún sitio. Es parte de la nueva ley educativa que nació con Celaá y creció con Alegría.

Con la LOMLOE el solsticio de verano se estrena antes en el colegio que en las piscinas. Dos semanas de brazos cruzados para los alumnos más aventajados, mientras los profesores ayudan al resto a superar las asignaturas pendientes. Son las segundas oportunidades que ofrece la ley educativa y que debe asumir el 'burócrata-educador'.

Es más que necesario un pacto de estado que devuelva al claustro la confianza en el sistema, pero también un pacto de padres que restituya la autoridad hurtada en los últimos años. Los problemas de conciliación nos hacen desde hoy añorar al maestro, pero conviene no olvidarlo con la vuelta al cole.