Y ahí va el sexto. Por mucho que se empeñen, la conexión entre Tito Berni y el Caso Mediador no puede diluirse. Y no debería hacerse porque entonces tendríamos que interpretar que se está tratando de blanquear la corrupción política, pero solo la ... propia porque la ajena es de condena y esa no tiene presunción.
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El PSOE ha sido muy hábil. Lo fue en los prolegómenos de la trama, incluso antes de que se conocieran el alcance y sus ramificaciones. Exigir la devolución del acta no exonera a quien lo ordena, mucho menos cuando bloquea con sus aliados la puesta en marcha de una Comisión de Investigación. ¿A qué temen? Tal vez esta ofensiva solo responde al intento de minimizar el desgaste a dos meses de las elecciones. Han querido enterrar antes de tiempo el caso de corrupción política más vergonzante que se conoce. Un sepelio que les permite dirigir el interrogatorio en el Congreso a otro frente, el de la Guardia Civil. En este puzzle de la España profunda siempre es bueno que una pieza desplace a la otra.
Hubo un tiempo en el que a todos nos encerraban, muchos morían y unos pocos se desmelenaban. Lo hacían comprometiendo el dinero público de forma organizada. Una red que usó a las mujeres a las que decían proteger. Una mezcla de alta cocina y bajos instintos, nariz colmada y bolsillos repletos. Porque es tan impuro el que comete actos turbios, como el que los esconde sin cumplir con el deber moral de destaparlos.
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