La liturgia de cualquier campaña electoral pasa por alto la luz y el taquígrafo de todo cuanto se dice. El árbitro, que es la junta electoral, debería seguir vigilando las reglas del juego más allá del recuento, no vaya a ser que la memoria selectiva ... juegue una mala pasada y se olvide de un día para otro lo prometido en campaña.

Publicidad

Los que renuevan o estrenan responsabilidades de gobierno hoy han de ser conscientes de que la administración tiene sus tiempos, que el presupuesto es ajustado y que no siempre prometer es poder. Y si no, al tiempo. Ni el socio de gobierno de Pedro Sánchez se cree que vaya a incrementar en cinco años un 50 por ciento el número de viviendas protegidas. Para eso, entre otras cosas, debería revalidar mandato y, que yo sepa, aún no ha empezado la campaña de las elecciones generales, ¿o sí?

Como nadie se libra de la memoria selectiva, tengo un vago recuerdo de la reciente campaña de las municipales. Poco margen ha dejado Sánchez a sus candidatos con tanto mitin preliminar antes de los consejos de ministros. ¡Qué sopor con tanta vivienda, tanto crédito ICO, con tanta sanidad, con tanto bono para abonar a los jóvenes y a los que peinan canas... tantas medias verdades que no por mucho repetir parecen enteras! ¿Qué va a dejar para la próxima? Así que, no sean desmemoriados y no se quejen si luego no resultan agraciados.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad