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Pedro Guerra en las noches de San Benito, en Valladolid. Ricardo Otazo
Lágrimas de pomelo

Lágrimas de pomelo

No había llorado aún por ella, con esa mezcla de pena y rencor con la que se lloran los abandonos

Sábado, 25 de septiembre 2021, 08:48

La historia comienza esta mañana cuando, abriendo la nevera, descubro que no tengo huevos. Lo sé, parece que lo he escrito para hacer el chiste fácil, y, en realidad, sí. Cuando abro la nevera descubro que aún no he sido capaz de limpiar la nevera ... de los restos del último amor que me dejó la nevera llena de latas de una bebida energizante de pomelo que a ella le encantaba y a mí me da arcadas y dolor de cabeza. Ya he vaciado los cajones de las prendas que, en escarceos amorosos, había ido dejando sin querer dejarlos pero necesitando tenerlos por la casa y había lavado las fundas de las almohadas para evitar que, en plena fase REM, el olor de su pelo me atacase la nariz y la nostalgia con nocturnidad aunque sin alevosía.

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