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Lágrimas de sal

Lágrimas de sal

El Faro de Aqualung ·

Todo ello aderezado con un primer ministro nazi pasándose la legislación internacional marítima y los derechos humanos por el arco del triunfo

Viernes, 13 de septiembre 2019, 07:18

En 1987 los Taviani presentaron en Cannes 'Good Morning, Babilonia', la historia de dos hermanos italianos que, acuciados por la pobreza y la falta de oportunidades, deciden emigrar a América en busca de fortuna y encuentran trabajo en Hollywood construyendo los decorados de 'Intolerancia', ... la obra maestra de Griffith. «Yo soy hijo de los hijos de Leonardo, de Miguel Ángel, de Rafael. ¿De quién eres hijo tú?», gritaba uno de los hermanos al ver que en Hollywood despreciaban su trabajo. Fueron millones los italianos que desembarcaron en distintos puntos de América, especialmente en Estados Unidos y en Argentina. Los italianos ahora parecen negar y olvidar su propia historia. Ha sido la película estrella de este verano. La película del Open Arms. 160 migrantes retenidos a bordo durante casi 20 días. Cientos de cámaras emitiendo en directo la angustia de unos náufragos frente a la costa con cameo de Richard Gere incluido, mientras algunos de ellos, desesperados, se lanzaban al agua. Todo ello aderezado con un primer ministro nazi pasándose la legislación internacional marítima y los derechos humanos por el arco del triunfo, poniendo en peligro vidas humanas y pavoneándose de su mezquindad mientras los hijos de Vox le aplaudían. Una película protagonizada por la insolidaridad, la falta de empatía y la bajeza moral convertida en la noticia del verano y en un hilo infinito de Twitter. Los trolls de la red escupiendo su mala baba y exigiendo a los titiripogres que se llevasen a los migrantes a su casa (es curioso, todos hemos rescatado bancos y autopistas y nadie se ha quejado, pero cuando se trata de rescatar vidas humanas la cosa cambia). Y, al mismo tiempo, la decencia e integridad de Pietro Bartolo, el médico de Lampedusa, denunciando una indiferencia peor que la del Holocausto. 'Lágrimas de sal' es su legado de rabia y pena. Un hombre que tiene la desgracia de ostentar el récord de ser el médico en ejercicio que más inspecciones de cadáveres ha practicado, un hombre que ha visto a personas con la piel desollada, con cicatrices provocadas por cirugías para traficar con sus órganos, con mujeres y niños violados, un hombre indignado con el papel que ha desempeñado su país. La memoria es frágil y la infamia tiene múltiples rostros. Pero bueno, no todo ha sido malo este verano. También ha habido buenas noticias. Nos hemos enterado, por ejemplo, de que Leticia Sabater va a publicar una novela.

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