Japón sufre terremotos periódicos y España, con la inevitabilidad de los desastres naturales, padece la lacra de la corrupción. No conseguimos librarnos de ella, aunque la verdad es que los políticos tampoco ponen mucho empeño porque eso sería arrojar piedras contra su propio tejado.
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En ... Japón, pueden presumir de edificios adaptados a violentas sacudidas de las placas tectónicas. Nosotros somos capaces de soportar, sin desmoronarnos como país, un número indeterminado (pero altísimo) de personajes como este Koldo que últimamente ha saltado a la fama: un patán, un mequetrefe, un parásito viscoso (dicho sea sin ánimo de ofender) que se cuela entre las grietas del Sistema para vivir, con el mínimo esfuerzo, a costa del dinero público. ¿Cuántos Koldos tenemos y mantenemos en Castilla y León? Seguro que entre ustedes y yo podríamos hacer una lista bastante larga.
Están por todas partes. Sólo en la Moncloa y alrededores dicen que hay cerca de un millar de asesores y cargos de confianza. No sé cuántos de ellos habrán sido porteros en un puticlub. Es un problema transversal y endémico de España y va más allá de las ideologías. Ya en su novela 'Miau' (1888), Benito Pérez Galdós retrata con crudeza la corrupción y el enchufismo (aunque en esa época lo llamaban polaquismo). Históricamente, eso de la meritocracia aquí nos lo pasamos por el forro, porque siempre, entre los candidatos a los puestos más jugosos, hay un primo, un amigo, una amante, un antiguo compañero de pupitre, el hijo del alcalde de no sé dónde. Un Koldo, en definitiva.
Un Koldo nunca tendrá que emigrar al extranjero en busca de oportunidades laborales ni morirá desangrado en una zanja; como mucho, le dará un cólico en una marisquería.
A pesar de que ya tengo una edad y una costra de escepticismo, e incluso de cinismo, me recubre desde la cabeza a los pies, me sigue alucinando que alguien con un currículum paupérrimo llegue a ser un pez gordo en un Ministerio o consejero de Renfe. El tipo además compatibilizaba esos trabajos (si es que eso es trabajar) con una pensión por incapacidad permanente. ¿A la Seguridad Social y a la Agencia Tributaria no les saltó ninguna alarma? Conozco a autónomos a los que les montan una inspección por un desfase contable de cuarenta euros, pero luego ves gentuza que se compra, con dinero cien por cien fraudulento, pisos a tocateja o clubes de fútbol. ¿Alguien me lo puede explicar?
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Hay dos Españas, claro que sí: la de los que roban y la de los que no. Y hasta que no entendamos eso es como si no hubiéramos entendido nada.
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