En el origen, las mentes privilegiadas no eran realmente añoradas. En aquella aurora de la sociedad , los ciudadanos estrictamente necesarios eran quienes estaban capacitados para la supervivencia y para la adaptación natural al medio, el resto era superfluo. El tiempo ha pasado en balde, hoy ... estamos rodeados de cerebros capaces de transformar el mundo, pero la supervivencia no está asegurada y el número de seres desamparados en la sociedad crece exponencialmente. No pidamos milagros, a quienes los prometen, el único milagro que existe ante la catástrofe es el trabajo, un milagro de supervivencia
Publicidad
Las condiciones más extremas de supervivencia no tienen límite, siempre es posible encontrarse peor, siempre es posible aguantar más, soportar un poco más, esta es una terrible realidad. La capacidad humana de sufrimiento tiene un límite aleatorio, tanto físico como mental; uno es una reacción de autodefensa, el otro es una rendición de la dignidad.
El sentido del honor nace en el pueblo al hacerse consciente de la dependencia del Poder y consiguientemente de su indefensión. No es tanto un valor de orden moral cuanto de supervivencia, muy especialmente si entendemos la supervivencia elevada al nivel categorial de Justicia. En el naufragio hay una purificación del individuo, pues de alguna manera se rompe con el pasado y se nace –incluso literalmente– a un mundo nuevo. El náufrago, antes que nada, es un ser vivo que pretende seguir siéndolo.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.