Todo en el mundo material es energía. Hasta hasta el más insignificante elemento de la cadena de aminoácidos del ADN precisa estar cargado de energía. La energía es el pasaporte de la vida. El elemento más inactivo del organismo humano tiene una pequeña fluctuación energética ... que le hace perseverar en sí mismo. La energía provoca la oxidación y desaparición de la materia y frena su descomposición. Materia y energía son un punto de encuentro y diferente destino. La materia se desgasta y desaparece y no puede sustituirse sin la intervención de la energía, que se transforma y siempre es la misma en su fondo constitutivo. De forma bella y arriesgada, Schrödinger sostenía que la materia sólo es una imagen de algo en el interior de nuestro espíritu, 'una ilusión', ondas probables no imaginarias sino que configuran el mundo exterior. Lupasco cree que el Universo es un sueño y que la trama del mundo está compuesta de sueños, y materia, energía, existencia y humano son elementos de ese sueño.
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¿Es descabellado pensar que el cerebro humano esté regido por una clase de conciencia energética ajena a él mismo? Y si esto fuera así, ¿qué sería el Universo al margen de materia, ondas de probabilidad, azar, vacío y vibraciones energéticas? Tal vez no sea relevante la presencia de los objetos cósmicos, ya sean galaxias enteras o pequeños cometas, sino que lo esencial sea una energía, única para todo el Universo. La vida es una sofisticada forma de energía.
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