Germen del bien y del mal

Es meritorio creer en la bondad de las gentes, mas es de cretinos confiar en la bondad del género humano. Las personas tomadas una a una son merecedoras de mejor consideración.

La socialización de la crueldad entenebrece nuestro mundo, por más que siglos de cultura, y milenios de civilización, seguimos sin resolver al humano.

¿Qué es hacer el bien o el mal? Tan frágil es su frontera como un junco en la tempestad. Es malo aquello que es bueno y viceversa. Uno es el germen del otro. Y cuanto más grande es la magnificencia de la acción o su depravación, más oscura es la distinción moral entre ambas.

Conviene reflexionar sobre la perfección de la maldad. La maldad como cara oculta del comportamiento de la razón, como impulsora de las máquinas bélicas y de la conciencia de los gobiernos. No puede haber maldad en el pétalo de una rosa, en el vaivén del viento, en la cresta de una ola, en la simetría de un cristal, en el canto de un jilguero, en la plegaria de un hombre bueno, en un quark y en un quásar.