Las noticias más leídas del viernes 7 de febrero en El Norte de Castilla

Un desvarío de ingenuas ilusiones recorre esos corazones juveniles, cuando todo lo que pasa hace presagiar un mundo violento, una sociedad descreída, una civilización desgarrada, un humano sin atributos.

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Todo es una trampa, un artificio libre de cualquier pureza. Vivimos los ritos tenebrosos de la ... ceremonia social. El humano educa y desarrolla su mente y espíritu en la filosofía del artificio y en la religión de la estafa. Hay naciones que no creen posible una sociedad en permanente evolución, y otras evolucionan tanto que pierden su identidad en el tránsito y se cosifican. El latido crepuscular del pensamiento de este época convulsa es la conciencia moral y la lógica de naciones y personas.

Vivimos una agonía imperecedera que no se sustrae a las revoluciones involucionistas de la especie humana socializada. El detalle de que la tribu haya conquistado su máscara social es determinante en la regresión política y en la agresión económica; en esa conquista descansa el germen de estas dos directrices del mundo tecnológico.

La sociedad deviene un conglomerado de intereses contrapuestos, muchos de los cuales son tan superfluos como vanos y desustanciados los seres que los defienden. La sociedad es ya un monstruo de mil cabezas cuyo objetivo es devorar a sus hijos, no únicamente por el poder, también por el placer de destruir, de ejercer su gratuito autoritarismo. Finalmente, la sociedad es un animal depredador, homicida y suicida a un tiempo.

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