Las noticias más leídas del viernes 7 de febrero en El Norte de Castilla

La cultura de la idiotez resume una época en la que a cualquier cosa se le identifica con Cultura para ocultar su intrascendencia. Con la excusa de «hacer cultura» se justifica hoy cualquier política, y palabrería a la que se pretende ornar con una dimensión ... cuasi filosófica. La Cultura es otra cosa relacionada con la libertad de creación humana, con la capacidad para trascender, transgredir, reinterpretar, sublimar la realidad que le rodea, vive y sueña. Crear y recrear, para lo cual hay que destruir a menudo valores que no sirven.

Publicidad

El hombre embrutecido es hijo de nuestra civilización, producto legítimo de ella. El humano no universaliza sus conocimientos, dos terceras partes de la humanidad permanecen sumidas en un analfabetismo funcional consentido y en muchos casos alimentado por la otra tercera parte. El ser cultural engaña al ser cavernícola con el arma más seductora: su Cultura Occidental de Consumo.

La identidad cultural de un pueblo no define su personalidad político-administrativa pero dibuja el perfil de su alma más allá de los argumentos étnicos. Lo que un pueblo siente, canta, llora, escribe, es su rostro menos equívoco.

Tótem y tabú, rito y mito, Dios anónimo y hereje público. Todos estos misticismos son el germen de la cultura que, como el Sol Naciente, se eleva en el frío horizonte, calienta el mundo en un intercambio de civilizaciones y se oculta en la noche de los tiempos precipitándose como copos de nieve en el crepúsculo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad