Solo hay una forma de comprender la vida: obedecerla y asumir que es imposible entenderla y estructurarla para dominarla. La vida no tiene dueño, es de ella misma. La mayor expoliación de la vida es prohibir vivirla en libertad, la vida es entrópica y esa ... pérdida permanente del sistema vivo es también la base de la retroalimentación de la vida. No es cierto que nada muera antes de morir, en realidad vivir muriendo es apasionadamente vivir.

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El mandato mayúsculo de la vida exige sumisión a su impersonal designio, no es el fatal determinismo de un destino preparado a propósito para el humano por oscuras fuerzas ultrahumanas o acaso divina. No, no es un asunto de dioses y hombres, ocurre que la vida tiene su propia naturaleza: la desobediencia a lo establecido, incluso el desprecio a la desobediencia. La vida se contradice a sí misma, o tal vez consista en la comunión de los opuestos. La marcha hacia el olvido no es memorable, irónico es comprobar que la palabra acaba siendo silencio, y soledad es el final del amor.

Felices deseos y amargos hechos. Es la asimetría que endurece la vida y la confiere sentido, no siempre el adecuado. La realidad elige un mundo de entre todos los posibles, gracias a ello la vida es posible. Milagrosamente vivos. La vida es el resultado natural programado por ella misma, y la pregunta permanece, ¿quién o qué programa la vida? Y si fuera un accidente fortuito, ¿quién o qué ha inventado lo que sin rubor llamamos Azar?

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