Jotilla borbónica

Rizos y risas. Los toros en tarde de sol y mayo y Madrid. La primera enmienda al bolivarianismo - «por qué no te callas»- que nos avisó de lo que venía encima. La presunción de inocencia y la realidad de que no somos Suecia. Villa Rosa en la sangre del abuelo.

Los juancarlistas del 'Hola', los liberales borbónicos. Baqueira y Sierra Nevada. La democracia consolidada y al séptimo día a descansar al paraíso prometido por Alá. Los hermanos moros. Y luego los secreteos que sabíamos todos, la debilidad del titán. La campechanía como forma de que un anacronismo sirviera a España. Las manos apretadas, los obituarios que se apolillan y se incrementan en las manos foralistas de Marquitos Ondarra, filósofo de guardia.

Viajes a donde Lizardo Viena Moja y Gervasia Dabutten, la bandera en el farallón de Juvara y Sachetti. Un rostro como ya visto y una vida que solo se vive una vez.

Las copas del Madrid, los del búnker que se reían de Juanito. Ni está ni se le espera, he dispuesto que... Orgullo y satisfacción, orgullo y prejuicios.

Fue Rey, fue hombre, avergonzarse de nuestra Historia a toro pasado es una infamia. Eso.