Opinión
Sobre el Esgueva y otros Hidrónimos pucelanos«El ramal norte de la Esgueva no era ejemplo de limpieza y transparencia»
José Valín Alonso
Domingo, 21 de julio 2024, 08:26
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Sobre el Esgueva y otros Hidrónimos pucelanosJosé Valín Alonso
Domingo, 21 de julio 2024, 08:26
No han faltado hipótesis imaginativas sobre el nombre del Esgueva. Acaso la más sorprendente fuera la del erudito vascongado que, a la vista de una antigua denominación del cauce como Agoseba, la supuso vinculada con tres voces vascas –ago, «boca», os, «bosque» e ibay, « ... río»– deduciendo que su sentido originario vendría a ser el de «Río de la boca del bosque».
Seguro que desconocía una variante anterior, Acseua –mencionada en un documento de donación de Ordoño II a la Diócesis de León– evolucionada hasta la citada Agoseba por sonorización velar como en aqua >agua y labialización de la u como v/b, habituales en romance y que hacen inasumible el origen euskérico propuesto para nuestro Esgueva.
Tampoco ayuda a esclarecer la etimología del término el sentido atribuido en algún diccionario al nombre del cauce como «alcantarilla, cloaca», que quizá guardara relación con el uso del cauce vallisoletano como tal cloaca durante siglos. Condición que divulgaron autores como Quevedo en su campaña contra la ciudad, movidos por su empeño en trasladar la Corte a Madrid.
Es verdad es que el ramal norte de la Esgueva, que recorría Portugalete procedente de la calle Paraíso antes de pasar a Cantarranas y el Val, no era ejemplo de transparencia y limpieza: Funcionaba como auténtica cloaca de la población, obligando a cubrir parte de su curso en el siglo XIX para obviar la presencia de inmundicias a lo largo del mismo. Y otro tanto se hizo con el brazo sur.
No se eliminaron con ello los olores y el mal aspecto de las aguas, que dieron lugar a principios del siglo XX al desvío de ambos ramales fuera de la ciudad, encauzando el nuevo curso hasta su desembocadura en el Pisuerga. Pero esta historia de la escasa higiene del cauce nada tuvo que ver con el origen etimológico de la voz esgueva que parece más cercano al sentido de «brazo de río» que se le daba en Burgos.
Sentido acorde al revelado por la comparación lingüística entre las distintas variantes del término recogidas en la documentación antigua. En ella, además de Acseua y Agoseba aparecen otras como Asegueva, Aseva y Eseua, cuyo análisis conjunto remite a un arcaico *Sk-eua /*Sk-eva evolucionado como Esqueva > Esgueva por sonorización de la velar k como g y vocalización de la silbante inicial con e, habituales en romance.
No faltaron sin duda fórmulas con a inicial como *Asqueva o con alteración del orden de las consonantes iniciales como la mencionada Acseua / Acseva, antecedente de Agoseba, y otras con inclusión vocálica entre s y k como se aprecia en Asegueva. Alternancias habituales en la evolución romance, aunque de alguna de ellas no puede asegurarse que no fuera debida a error caligráfico de los copistas medievales.
Resulta de interés por otra parte la razonable interpretación del presumible *Sk-eua /*Sk-eva originario como un compuesto indoeuropeo construido en la lengua vaccea próxima a la familia céltica. En efecto, cabe comparar el elemento final, eua /eva -sustantivo del compuesto-, con la raíz awa /app /ava, «río, cauce», presente en hidrónimos célticos como los Avon británicos o los Avia hispánicos, de los que tenemos en Valdavia un ejemplo cercano.
Pero mucho más próxima fonéticamente a aquel segmento final es la voz ewa / eva patente en Ar-ewa /Ar-eva, el nombre alternativo del Duero mencionado por Plinio y del que, según su información, procedía el nombre de los arévacos que ocuparon la parte superior de la Cuenca aguas arriba de Aranda. Segmento que también aparece ligeramente modificado en el Ega navarro o en el Támega luso-zamorano, el «río (ewa) oscuro (tam)» en celta.
Por lo que se refiere al segmento Ar del compuesto Ar-ewa, procede recordar aquí los nombres de cauces y topónimos ribereños que evidencian la raíz Ar(a): La Aranda del Duero, el terracampino Aratoy (posterior Valderaduey), los Támara galaicos y cántabros, Aragón y Araquil, afluentes del Ebro, o el Arantz antecesor de Aranjuez junto al Tajo, sin olvidar el Arar y el Arelate galos. Todos ellos muestran el empleo de aquella voz para designar a los ríos y nos informan que el antiguo Ar-ewa fue una formulación del hidrónimo como «río (ewa) Ar», siendo esta última partícula el nombre antiguo y precéltico del cauce.
Atendiendo ahora al primer segmento sk del compuesto *sk-ewa propuesto como antecedente del Esgueva, cabe señalar su identidad con la raíz indoeuropea *skei, «rajar, dividir», presente en scindo, scisio (pronunciadas en latín como skindo, skisio) «escindir», así como en la griega skhizein, «rajar, separar». Todas ellas permiten identificar el sentido hidráulico de aquel primer segmento con la idea de «bifurcación».
A la vista de lo mostrado para sk y ewa/eva, segmentos inicial y final de sk-ewa, y teniendo en cuenta que el sustantivo se colocaba al final de los compuestos, se infiere el sentido del nombre del cauce como «río escindido» o «bifurcación de río». Sentido, el de «bifurcación», acorde con el señalado en tierras burgalesas y con el género femenino atribuido en ocasiones a la Esgueva vallisoletana. También da cuenta del nombre de Esguevillas de Esgueva, vinculado a las numerosas ramificaciones del cauce apreciables en los mapas antiguos del valle.
Bifurcaciones que, como la abundancia de lagunas, manantiales y humedales, eran debidas al flujo de aguas lentas en terrenos de poca pendiente. Tales elementos recibieron en la lengua indoeuropea arcaica (alteuropäischt) el nombre de Ol(i) y poco puede extrañar por ello que el valle sobre el que se asentó Valladolid recibiera el nombre hispano-romano de Vallis Oli-t , «Val de laguna», el posterior Valle Olid , que reflejaba la presencia de una de aquellas lagunas junto al cauce, cerca del Prado de la Magdalena.
Resulta igualmente plausible desde esa perspectiva que el sobrenombre de la población, Pucela <* Puzuela < *Puth-oli-a, hiciera alusión a aquella laguna. Y otro tanto cabría suponer para la denominación como Huelgas (evolución de *Olgas <*Olicas) del terreno adyacente a la misma en el que hoy se asienta el monasterio de Las Huelgas.
La limitación de espacio impide extenderse sobre ellas. Se citan para mostrar como el tiempo, la modificación del espacio y la evolución lingüística condujeron al olvido de los nombres de aquellos antiguos humedales de la esgueva, «la bifurcación del río».
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