Cada catalán recibirá dos mil euros del estado, que es lo que nos cuesta al resto que Sánchez siga un añito más en La Moncloa, si es que eso llega a suceder, algo que cada día dudo más. Ese dinero en parte, se lo habían ... robado previamente a los catalanes los socios del PSOE para sufragar su proceso troglodita, xenófobo y ultraderechista. Pues bien, cada castellano y leonés pagaremos de nuestro bolsillo ochocientos y pico euros, que quitaremos a nuestros hijos y a nuestros mayores para que esta panda nos siga empobreciendo en nombre, por supuesto, de la Igualdad y del progreso. Es algo así como la paga del 18 de julio de este PSOE ya cada vez más cercano a las posiciones del fascismo. Porque este autoritarismo del PSOE, su exaltación de valores vacíos y de mentiras para movilizar a la masa, el culto al líder, su intento de control de los medios, su negación del disenso, su deslegitimación de la oposición y su lucha contra la alternancia en nombre del pueblo, es algo puramente fascista. ¿O cómo creen que se llama el hecho de aceptar que están dispuestos a rendir el estado de derecho, la separación de poderes y atacar la Constitución y la convivencia solo para evitar un gobierno del PP?
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Interesante ver esta lucha contra el fascismo asumiendo las posiciones del fascismo. Lucha que, por supuesto no tiene una finalidad épica sino puramente fisiológica, que es poder comer. ¿De qué va a vivir si no un tipo como Santos Cerdán? Se están jugando todos nada más y nada menos que el sustento. Y no hay nada que una tanto como el pesebre. Surgen, eso sí, voces críticas. Y se agradece. Están Jesús Quijano, Laborda, Zenón Jiménez-Ridruejo y Jesús Manuel Alonso, alcalde de Ágreda e incluso Miriam Andrés, alcaldesa de Palencia, que nos recuerdan que la socialdemocracia es otra cosa y que se puede ser de izquierdas sin defender posturas abiertamente antidemocráticas. Es más: se debe. Y nos recuerdan a todos, de paso, el significado de la palabra dignidad, que es eso que tenían los viejos socialistas -no quiero pensar qué pensarían Bolaños o Velasco- y que esta generación ha dilapidado por completo.
También fuera de nuestra comunidad recuerdan lo que es la dignidad el exsecretario general del PSOE en La Rioja, Esteban Ocón. Y Ramón Jauregui. Y Odón Elorza. Y toda esa panda de ultraderechistas de siempre, ya saben, los Felipe, Guerra, Leguina, Redondo, Fidalgo, Méndez, Tomás Gómez, Rodríguez Ibarra, Javier Fernández, Lambán, Paco Vázquez y, en definitiva, todos aquellos socialistas apartados por el pecado de pensar lo mismo que pensaba el PSOE hasta el día de las elecciones. Es decir, antes de que el partido socialista habilitara la violencia como arma legítima de negociación política.
Hasta Adrián Barbón, presidente de Asturias, ha puesto el grito en el cielo. Por supuesto, el presidente de Castilla La Mancha, García Page. Ambos conforman el ínfimo poder territorial que les ha quedado tras el sanchismo, Chivite aparte. Y mientras tanto, en el maravilloso mundo del PSC de Castilla y León están encantados, oiga. No solo con la amnistía, sino con que los castellanos y leoneses seamos ciudadanos de segunda que paguemos los excesos y el latrocinio de sus socios en Madrid. Insisten en que la quita es la misma para todos. Para todos los que han acudido al FLA, maticemos. Para todos los que se han endeudado por encima de sus posibilidades. Así, cuanto peor lo hayas hecho, mejor te trata el PSC. Cuanto más responsable hayas sido y más te hayas ajustado a un presupuesto, peor te habrá ido. Cuanto menos populista haya sido tu gobierno, peor para los ciudadanos que representas. Así, los 15.000 millones que daremos a Cataluña para aumentar la brecha de las regiones ricas con las pobres, como nosotros. Qué izquierda más rara la que obliga a un parado de Las Delicias a pagar a un rico de Sarriá-Sant Gervasi que, además, probablemente lo haya robado previamente en nombre de no sé qué Republica Catalana. Luego nos dirán que no hay dinero para el soterramiento, claro. ¿Pero cómo va a haber dinero para nosotros? Solo lo habrá cuando tiremos adoquines a la cabeza de la Policía, quememos el Paseo de Zorrilla y tomemos el Aeropuerto de Villanubla y la Estación del Campo Grande.
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Y hay que recordar que los delitos que quieren amnistiar no son exactamente los de unos idealistas que luchan por la libertad de su pueblo, no. Estamos hablando de delitos de terrorismo, de gente que ha dejado paralítico a un Policía tras tirarle adoquines y vallas a la cabeza, de malversación de caudades, de desvío de fondos públicos, de desobediencia, prevaricación, desórdenes, atentados contra la autoridad, delitos de pertenencia a organización terrorista y tenencia de explosivos, delitos de lesiones, amenazas, coacciones, descubrimiento y revelación de secretos, allanamiento de domicilio, daños, falsedades documentales y usurpación de funciones públicas, así como delitos contra la seguridad ciudadana. Todo super progresista, vaya.
Es decir, hablamos de violencia y corrupción. Y esto llega al punto de que quieren incluir en la amnistía a los Pujol, que pasan la frontera de raterillos para ser directamente cleptócratas. A Laura Borràs, condenada a 4 años y medio por amañar contratos para sus amigos, a Marta Rovira, según la Guardia Civil, coordinadora del Tsunami Democratic y los CDR, el brazo armado del 'Procés', los que quemaron comercios de sus vecinos, que han sido acusados formalmente de terrorismo o hasta a Gonzalo Boyé, acusado de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. ¡Fantástico!
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¿Y Tudanca? Encantado.¿Y Ana Sánchez? Dando palmas. ¿Y Patricia Gómez Urbán? A tope. Pero es que, si el PSC de Castilla y León ha perdido el rumbo, el PSC de Valladolid directamente está a punto de ganar el premio a organización más significada contra los suyos de España, con Iratxe García negociando con el mismo tipo -Puigdemont- al que ella personalmente ha cerrado la puerta del Parlamento Europeo y contra el que ha hecho una campaña en Europa. O Puente negociando no sabemos qué ni con quién. O Ion Antolín haciendo, el pobre, el ridículo intentando dar la cara cada vez más desesperadamente en esta deriva autocrática. Y no meto a la magistrada María Luisa Segoviano porque, al menos formalmente, no forma parte del partido.
Luego se preguntarán por qué jamás gobernarán esta comunidad o por qué pierden Valladolid. Puede que tenga algo que ver que defiendan, expresamente, que ser catalán es un eximente para determinados delitos, por esa defensa ciega de la desigualdad ante la ley por el hecho de haber nacido en La Rondilla y no en Gracia. Y lo verdaderamente extraño ya no es eso. Lo verdaderamente extraño es que, tras este histórico suicidio, el PSC de Castilla y León siga conservando un solo voto.
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