El día después

Pero esto no es lo mismo que decir que la política nacional, que ha sido la protagonista de la campaña, no haya tenido nada que ver. El propio Puente, que se ha pasado la campaña asegurando que la gente solo vota en clave local y en función de los problemas reales y cercanos, aseguraba el domingo que si finalmente no repite como alcalde será por las 'dinámicas nacionales'. Vamos, que, al final, el entorno nacional contaba mucho y que el hartazgo general hacia Pedro Sánchez, sus ministros y sus ministras del tripartito y de todo el siniestro club Frankenstein no eran una cosa de fachas sino tendencias detectadas con claridad en sus propios votantes. La izquierda pierde 10.000 votos. Son muchos y habrá que analizar los movimientos internos ya que es posible que se haya dado un corrimiento desde VTLP y Podemos hacia el PSOE y desde el PSOE hacia la abstención y el PP.

Por parte de la derecha, es reseñable que hayan perdido también algo más de 2.000 votos, que puede parecer votantes de Ciudadanos que se han quedado en casa, aunque puede ser, como decía Puente, que se trate de votos que se han ido a la Plataforma de Cecilio Vadillo. De ser cierta la hipótesis de Puente, deberá agradecer eternamente a Vadillo que haya evitado un gobierno del PP en solitario, al privarle, con sus votos, de ser la lista más votada. Es decir, si Puente ha tenido finalmente alguna opción -siguiendo siempre con su propio razonamiento- no habría sido pese a Vadillo sino gracias a Vadillo.

La realidad es que Puente lo tenía muy difícil para seguir siendo alcalde y así se ha demostrado. También lo tenía complicado Carnero que, si finalmente es investido alcalde, lo será gracias a que Vox se ha comportado mejor de lo esperado. Y este es otro de los datos a señalar: el pacto PP-Vox en la Junta no resta un solo voto a estas formaciones. Por más que todo el PSOE siga diciendo a coro que el pacto en Castilla y León desgasta al PP, la realidad es que la derecha, en Castilla y León, sube 23.000 votos. Y el PSOE pierde 58.000. Es decir, no hay castigo a la derecha sino premio y hay un claro, rotundo y evidente castigo a este PSOE enloquecido. Insisto: el castigo no es por parte de la derecha, que nunca lo ha votado, sino de la izquierda; son sus propios votantes los que le castigan porque no están de acuerdo con la deriva delirante del que, en otros momentos, fue un partido serio y que, no me cabe duda, lo será de nuevo en cuanto vuelvan a la senda de la moderación, la sensatez y la Constitución. Algo que -sorpresa, sorpresa- solo pasará tras el enésimo fracaso del sanchismo -una máquina de perder-, que se recordará en Ferraz como un Moisés inverso que lleva a su partido de la Tierra Prometida hasta el desierto. Ya lo echaron a patadas de la sede una vez, cuando quiso dar el pucherazo a sus propios compañeros. A ver si a la segunda va a la vencida, hombre. Lo interesante será ver cómo Puente se desmarca de Sánchez yendo de número uno al Congreso en las listas sanchistas. Estaremos atentos a la posibilidad de que, caído Sánchez, Puente intente incluso convertirse en el secretario general del PSOE. Y veremos si Ana Redondo pasa del ultrasanchismo al antisanchismo para poder liderar la oposición a Carnero o para sustituir a Tudanca como candidata del PSCYL en 2026.

Pienso que todos los alcaldes de Valladolid han mejorado la ciudad. Y lo mantengo. Espero y deseo que Jesús Julio también lo haga. Y, sobre todo, que no caiga en ese extraño síndrome que tanto le perjudicó a Javier León y a Puente: esa actitud chulesca, soberbia y prepotente de sus últimos años y esa agresividad verbal que esconde debilidad. Un alcalde ha de ser amable, cercano y empático. Y, si no puede, al menos que sea correcto, cortés y educado. Que no actúe como un déspota y que recuerde siempre que no ha ganado las elecciones. No descarto que, en un arrebato de cordura, el PSOE se abstenga para facilitar su investidura sin Vox. En caso contrario, veremos cómo se comporta Carvajal y qué pide a cambio, si decide dar el paso y convertirse en un partido serio y consciente de cuál es su lugar en un gobierno del PP o prefiere seguir dando el cante con tonterías que solo buscan polémicas nacionales. En cualquier caso, esas tonterías tienen un 30% más de votos que los que se ven a sí mismos como arcángeles y que, en realidad, han perdido más de 8.000 votos. Sumar, lo que se dice sumar, no suman. Y Carnero, desde ya, a preparar el esmoquin para la gala de los Goya, el traje para la cumbre de la presidencia española de la UE, la ropa de 'sport' para la Vuelta Ciclista y, sobre todo, los pantalones vaqueros para los conciertos de ferias. Porque del traje de baño, este verano, me parece que se puede ir olvidando.