Sin cobertura

España, lo que es España, nos lo cuenta el ciego que la pasea por Madrid. Ocurre que casi todos los ciegos mediáticos hacen el mismo paseo. Y no dejamos de escuchar todo lo que allí acontece como si ocurriese para todos, como si en el resto –con excepciones bien conocidas– nada fuera digno de relato. La (pen)última, la polémica suscitada por la alerta enviada desde la Comunidad de Madrid mediante mensajería telefónica solicitando extremar las precauciones ante la amenaza de temporal. Hay, ya ven, a quien tal mensaje le supone una intromisión intolerable en su intimidad.

Claro, pienso, de eso nos libramos en Rasueros. El día que la AEMET nos prevenga de un riesgo inminente, mientras el Trabancos se desborda y las aguas corren amenazantes, nos pillará en el bar de María Jesús distendidos y laxos jugando la partida –bingo ellas, cartas nosotros–. Los mayores, que la chavalería a saber qué, a saber dónde.

Ya ven, por más que la Junta pretenda violar nuestra intimidad enviando un mensaje, no lo logrará. No hay cobertura. Eso, en verano. En invierno, no hay cobertura, no hay gente, no hay polémica, no hay…