Eurocopeo

Más que el fútbol, me gustan los torneos. La velocidad. Lo que impone una bandera sana en estos tiempos de mercadeos y soldadesca mercenaria. Una Eurocopa, un Mundial, siempre tuvo para mí una relación con la tasquita del hijo de Losco. Con el huerto anexo a la casa de mi amigo Gerardo, donde sacaba el televisor. Las Eurocopas siempre fueron la alegría de los demás; o al menos durante mucho tiempo. Estamos en la Eurocopa, y siento que levito. Una dicha tonta. Tonta como tantas cosas que trae ahora el verano.

Yo seguiré con el televisor encendido. Buscando cromos antiguos. Recordando que hace nada estaba yo con un jugador de primera viendo cómo a España nadie la tosía. Cómo llegamos a lo más alto para desaparecer. Como un cometa.

Aquí, todo es una 'saudade' gozosa. Estoy conociendo chavalería que no ha visto ganar un Mundial.