Coplilla marceña

Va acercándose ya la Semana Santa, en la ciudad y en el pueblo, ahora con marzo recién llegado, parece ir despertando la vida aunque por el país sople «un cierto gris» que se dice en 'Luces de bohemia'. La corregüela, las aves reidoras. A eso me refiero. A que por mucho y feo que sea el panorama, después de leernos, hay que echarse un clarete, un paseo, un partido de tenis o darle al niño un capricho.

Nubosidad variable, las heladas no son, o apenas clarean el campo muy de mañana. Tan malo no es habitar este tiempo, digan lo que digan. Que aquí hemos nacido para informar, formar y entretener. Que lo diga Sansón, si no. Porque en esto tengo razón.

Rozo los cuarenta la semana que viene, de ahí que me den estos arrebatos tontos de trascendencia literaria. Ya, en la próxima tronera intentaré que usted salga con una carcajada. Dicen que los de Castilla del Sur (Andalucía) tenemos guasa. A lo mejor, pese a la actualidad, la encuentro. Lo juro.