Llega el día de Castilla. Bravo, Padilla y Maldonado. La madre de la madre de la madre patria celebra su día y ya lo quieren politizar. Yo, que soy castellano del sur, donde el sur toca al Mediterráneo, no me bajo de ese burro castellano ... y salado. Pero duele que en Villalar el morado sea el morado de ahora, que en un día que celebran los primos aragoneses, haya que estar con los politiqueos. Hay castellanos de tres mundos, y Castilla fue Roma en su época. Y eso no te lo van a decir ni del Ciprés de Silos.
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Pondrán una bandera de la República con una ucronía comunera, y el orgullo de una región quedará como siempre, en manos de la demagogia. Porque lo de ayer dominadora de Machado lo quieren quitar los de siempre, los de Neguri, los que son felices y hasta agasajados en las cuevas de Peñafiel.
Pero hay que mandar un mensaje de Castilla. Ayer dominadora, hoy dominadora. Castilla es el cimiento de España, y lo demás son añadidos. No voy a entrar a hablar de los Comuneros, que es domingo y no son horas. En el fondo, cuando este país de todas las vergüenzas se dé cuenta de que el ombliguismo no sirve de nada, nos acordaremos de ese que siempre va con la ikurriña descolorida en Villalar.
A Castilla hay que 'darla' su sitio, rezarla, besarla desde lejos o desde cerca como José Álvarez Juncal hacía desde Triana (calle Castilla) a la Maestranza. Y celebrar ese día de la madre, y del padre (Aragón) que es patrimonio íntimo de todos. También pasaba el 'manco de Lepanto', para españolizar la cosa.
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Sin tantas banderas, con mucho orgullo.
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