La influencer Perra de Satán, el verano pasado en Gijón. Juan Carlos Román
La Canaleja

De princesas y príncipes

Entre los jóvenes españoles gana por goleada el sueño de ser influencer, esa ocupación que empieza como ocio y se convierte en un trabajo

Jaime Rojas

Valladolid

Sábado, 24 de febrero 2024, 00:23

Las niñas ya no quieren ser princesas, ni los niños, príncipes, que ahora mucha de la chavalada atesora la aspiración de tener un oficio alejado de los cánones clásicos. Así lo cuenta un estudio mundial, que ha consistido en un rastreo de búsquedas en Google ... para saber por qué profesión se interesan los jóvenes. Piloto, escritor y bailarín forman el podio, con youtuber, empresario, actor, influencer, programador, cantante y profesor en las siguientes posiciones y por este orden. Luego vienen DJ, bloguero y médico para completar los trece primeros puestos.

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Entre los españolitos gana por goleada, agárrense, el sueño de ser influencer, esa ocupación que empieza como ocio y se convierte en un trabajo. No hay que estudiar extensos temarios, se gana una pasta sin sentido común y no has de aguantar al intenso del jefe. Un negocio redondo, una ganga de oficio, cuyo único riesgo consiste en que digas algo inteligente, no te entiendan, dejen de seguirte y los anunciantes se vayan en busca de otro mirlo blanco que cuente y haga tonterías en las redes sociales.

En once países, ser influencer es lo más, varios de ellos donde hablan español, un asunto que supongo engrosará nuestra leyenda negra. En casi todo el resto de Europa se impone el anhelo de ser escritor, lo que pone en peligro esta columna y otras, que los aspirantes son muchos y pujantes. En la India también sueñan con letras, como miles de árabes, que desean ser poetas. Y entre europeos se desmarcan en Francia, que son muy suyos, donde quieren ser abogados, y en Portugal, bomberos. Y en China, nutricionistas, que será porque temen que la obesidad desequilibre su poblado país.

De princesas y príncipes, ya ven que ni rastro. Ni de mi aspiración de hace años de ser youtuber o similar, idea que mis hijas me quitaron de la cabeza, porque influir, no influyo casi ni en ellas.

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