De polarización a jubilación

Polarizados nos hallamos, parece que más que nunca, cabreados todos con el otro como monas caraqueñas, en la política, en el deporte y hasta con nosotros mismos cuando nos miramos al espejo. Por eso supongo que ha sido la palabra vencedora, por delante de amnistía, euríbor, fentanilo o ultrafalso, entre otras joyas lingüísticas de este tiempo. Estos óscar de la palabra ya tienen diez años y a polarización le precedieron escrache, selfi, refugiado, populismo, aporofobia, microplástico, los emojis, confinamiento, vacuna e inteligencia artificial. Noten cómo hemos evolucionado en una década para llegar al mismo sitio, porque comenzamos con los escraches, precisamente la semilla que plantaron para que brotemos ahora polarizados.

Para este 2024 que nos espera con los brazos abiertos de la polarización, propongo desde ya que sea firme candidata la palabra 'jubilación' o, en su defecto, 'prejubilación'. Tengo mis razones porque entre mis congéneres del 'baby boom', los de los 60, el tema ha sido la estrella de las conversaciones en las comidas y cenas navideñas y me temo que continuará a lo largo y ancho del año. Que lo de «jubilado, jorobado, la misma palabra lo dice», que el entrañable Pepe Isbert soltaba en 'La gran familia', es ahora «jubilado, afortunado».