Lanzamiento de enanos

Veinte años después de aquel 1991 algunos sostenían que «si se mantiene la prohibición de lanzamiento de enanos, la raza podría desaparecer», al tiempo que lo definían como «una actividad en la que una persona grande lanza a una persona pequeña y se realiza en un sitio donde, a menudo, se sirve alcohol. La actividad sirve de sustento para los enanos». Y miren que otro decenio más tarde, a día de hoy, han cortado la hierba debajo de los de talla pequeña para prohibir los bomberos toreros. Ellos y ellas no quieren, pero es por su propio bien. «En España no hay bufones, hay personas con dignidad», alega el Gobierno después de vetar cualquier actividad recreativa en la que participen personas con enanismo, a quienes también prohíben estar en programas de entretenimiento en televisión y en espectáculos de ocio para adultos o despedidas de soltero.

No vi entonces a Serafín, y creo que no me hubiera gustado, pero sí sé que lo que no me gustan son los 'salvapatrias', esos que auxilian a personas que consideran equivocadas en el uso de su libertad. A ver si pronto los lanzan lejos.