Iñigo Errejón, en el Congreso de los Diputados. El Norte
Opinión

El 'errejonazo'

La Canaleja ·

Desde Errejón, defensor de día del feminismo y azote de noche de las mujeres, al Real Madrid, club de las esencias de lo español salvo con el Balón de Oro, asistimos a una esquizofrenia

Jaime Rojas

Valladolid

Sábado, 2 de noviembre 2024, 08:06

La incoherencia, la incongruencia y, al término, la hipocresía reina y gobierna. Desde Errejón, defensor de día del feminismo y azote de noche de las mujeres, al Real Madrid, club de las esencias de lo español salvo con el Balón de Oro, asistimos a una ... esquizofrenia que deja atónito y con la boca abierta del tamaño de un buzón de correos. Las contradicciones del político que iba a asaltar los cielos y del presidente futbolero que quería ser español, pero que «mucho español» que diría el impagable creador de contenidos locos Mariano Rajoy, nos indican que el cinismo triunfa, que lo impúdico habita entre nosotros y al honrado se le llama tonto y al caradura, listo.

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Antes de que supiéramos de la doble vida de Errejón, le mirábamos con la expectación con la que se mira a alguien con cara de niño y frases de adulto. Él, que hizo el paseíllo en la plaza de toros de Vistalegre con sus inestimables compañeros de terna, entre ellos 'El Niño de la Coleta', pero que se cayó del cartel para introducir un toque femenino, ahora devuelve el 'errejonazo' que le asestaron, con una estocada en todo lo alto al feminismo de la izquierda a la izquierda que tanto quería.

Y antes de que supiéramos de la doble vida de Florentino, con su españolidad a tiempo parcial, le mirábamos con la expectación con la que se mira a alguien con cara de empresario de éxito y frases de relaciones públicas. Él, que hace el paseíllo en el palco del Bernabeú con compañeros de terna extremadamente correctos, pero que se ha caído del cartel de la compostura para entregarse en los brazos del junior Vinicius, experto en pataletas, y dar un rejonazo al fútbol español al ningunear al ganador, Rodri.

«A veces uno sabe de qué lado estar, simplemente viendo quiénes están del otro lado», decía el gran Leonard Cohen, sin saber quienes eran Iñigo y Florentino.

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