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Pezzolano en una puerta de salida del estadio Zorrilla. Carlos Espeso

Cambio de comodín

La Canaleja ·

¡Pezzolano dimisión! era nuestro comodín al que tanto queríamos y ahora nos lo han arrebatado. Pero ya viene el sustituto: «¡Ronaldo go home!»

Jaime Rojas

Valladolid

Sábado, 7 de diciembre 2024, 08:51

Que todo cambia, que cantaba Mercedes Sosa, es una certidumbre. Por eso resulta de gran utilidad y muy práctico el empleo de comodines. Que algo no sabes cómo explicarlo, pues el comodín, a ser posible el más contemporáneo y de moda, que cada frase o ... palabra recurrente tiene su época, con su repetición hasta la saciedad más extrema. Así del machismo al bulo, del franquismo a la corrupción, en ambas direcciones, de izquierda a derecha, es de uso generalizado y cargante.

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Pero ese manoseo estomagante provoca a veces un efecto boomerang, en el que se recibe un golpe inesperado como consecuencia de tanto empleo de un comodín. Le pasó a Pablo Iglesias que, cuando se hallaba en la cumbre de su carrera al asalto de los cielos, crecidito él, hizo la gracieta de llamar 'menina' a Soraya Sáenz de Santamaría, en evidente y grosera referencia a su estatura. La vallisoletana sacó el comodín más lamido por Iglesias, a quien contestó con una calificación que parecía de su patrimonio, para llamarle machista. Y el enmudeció. Ahora estamos más con lo de bulo. Todo es bulo y cuando no sabes qué argumentar o te pillan en un renuncio, por ejemplo si te citan a declarar en un juzgado, pronuncias la palabra mágica bulo y ¡chas! aparece a tu lado un disfraz de víctima que te libra de todo mal.

Y como somos muy de nuestras cosas, en Valladolid hemos tenido el comodín autóctono y futbolero, que hemos enarbolado con entusiasmo: ¡Pezzolano dimisión! Si metías la pata en casa o en el trabajo, contestabas: «Sí, lo reconozco, pero ¡Pezzolano dimisión!». Era nuestro comodín al que tanto queríamos y ahora nos lo han arrebatado. Pero el comodín «que cambió ayer, tendrá que cambiar mañana», que dice la misma canción de Mercedes Sosa, y ya viene el sustituto: «¡Ronaldo go home!», que es más internacional.

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