La 'bobosfera'

La ronda fue de las que crujen, que convidar a tres mil personas nunca ha sido barato. Así, desglosado sin detalle, fueron 2,5 millones del canon a los organizadores para que montaran su fiesta e hicieran aprovisionamiento de doritos, sándwiches de nocilla y medianoches de jamón y queso; otros 3,4 de construcción del local para celebrarla y de propina 1,4 millones, a saber en qué empleados, para completar un presupuesto de 7,3 millones de eurillos de nada. Se comieron todo, o eso creo; la estructura montada era efímera e inútil y no puede aprovecharse ni un clavo, y el resto del fondo común vallisoletano, al bote, que en una fiesta de tal enjundia hay que ser generoso.

Pero la cosa no es para tanto, que somos unos tacaños, porque eso es lo que costaba, más o menos, un anuncio en la Super Bowl y solo duraba treinta segundos. Entre los clientes, el Gobierno de Israel, casas de apuestas, coches, cervezas, café y hasta los Doritos Dynamita, ideales para fiestas, con protagonistas como Anthony Hopkins, Schwarzenegger o el trío Ben Affleck, Jennifer Lopez y Matt Damon que publicitaron dónuts. Una minucia al lado de los Goya, que aquí no cambiamos nuestro fiestón y nuestra cara de 'bobosfera' por medio minuto, ni tampoco la audiencia de dos millones de la gala por los doscientos de esa americanada, que si nos anunciamos allí y les da por venir a todos nos dejan sin lechazo.