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Un día como hoy, furioso una vez más con el comportamiento del arzobispo de Canterbury, el rey Enrique II de Inglaterra gritó «¿Nadie va a librarme de este cura entrometido?». Siendo un grande de la política del pueblo inglés de aquella época, algunos de sus ... caballeros interpretaron sus palabras literalmente y fueron directamente a la catedral principal del reino donde mataron al jefe de la iglesia mientras estaba rezando, a finales de diciembre del año 1170. Después, muy arrepentido, Enrique insistió que nunca había querido que sus seguidores le tomaran tan en serio, pero ya era demasiado tarde y así Thomas Becket se convirtió en un santo mártir.
¿Existe un político que haya aprendido algo de esa famosa anécdota? Parece que no. Hace dos semanas, el congresista americano Paul Goza publicó un dibujo animado en el que él mismo asesina con una espada a Alexandria Ocasio-Cortes, antes de amenazar al presidente Joe Biden. Mr. Goza, un acólito de Donald Trump y también un fan del neonazi británico Tommy Robinson, odia a AOC, como llaman a la joven política demócrata. Ella es guapa, inteligente y, aún peor, habla español. Además, está a favor de la salud pública, cosa que, para cualquier conservador de los EE UU, la pone al mismo nivel despreciable de un comunista, un miembro de ISIS, un ateo, un liberal, la niña Greta Thunberg, etcétera. Como castigo, el congreso ha censurado al extremista republicano representante de Arizona.
Lejos de allí, aquí en Valladolid, algunos creen que no pasa nada cuando uno de los más influentes partidos políticos reenvía un tuit sobre el alcalde diciendo «podemos acabar con él al estilo Mussolini», o sea, darle un tiro en la nuca, tirar su cadáver en la Plaza Mayor, donde la gente pueda escupirle y darle patadas, antes de colgarle, cabeza abajo, del techo de la gasolinera más cercana. Nos aseguran que los que no ven la gracia tienen la piel demasiada fina y les falta sentido del humor. No sorprende que eso sea exactamente lo que dijo Paul Goza en respuesta a las críticas de su video sobre AOC.
Yo, sí, tengo sentido de humor, aunque es humor inglés. Evidentemente, lo que nos hace reír en la política es tener a un payaso al mando del país con tendencia a reducir todo al ridículo, como Boris Johnson hizo recientemente en un discurso a la CBI (Confederación de la Industria Británica). Se comparó a sí mismo con Moisés, luego olvidó lo que estaba diciendo durante 20 segundos y terminó elogiando a Peppa Pig. Ja. Ja.
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