El periodista Emilio Romero hablaba de las grandes profesiones para referirse a notarios, inspectores de Hacienda o magistrados. Las grandes profesiones se han manifestado contra la amnistía. ¿Pero qué opinan las pequeñas profesiones? El escritor Luis Landero cree que la revolución es que cada español ... haga muy bien su trabajo: sea su profesión la de sastre, profesor o fontanero… ¿Qué opinan los fontaneros de la situación política?

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No soy politólogo ni economista, pero tengo cuarto de baño. Acabo de reformarlo de arriba abajo y mi casa se ha llenado de fontaneros, albañiles, pintores y alicatadores. Hablaban de los problemas de la nación, pero su preocupación no era que se rompiera España, sino que no hay manera de contratar trabajadores. «Les ofrezco 1.200 euros en 14 pagas y dicen que o cobran en negro o prefieren quedarse en casa y cobrar la paguita: mil euros entre él y su mujer sin trabajar», detallaba el fontanero jefe.

No estoy criminalizando a los trabajadores, estoy resumiendo lo que escucho en mi cuarto de baño: las pequeñas empresas se vuelven locas buscando trabajadores. Por eso hay que modernizar el sistema de subsidios, pero no para castigar a quien no quiere trabajar porque teme quedarse sin nada si la cosa sale mal, sino con el objetivo de que se pueda compatibilizar un subsidio suficiente y el salario de un empleo. El subsidio iría decreciendo hasta que el sueldo fuera digno. El caso es que el fontanero encuentre trabajadores y los trabajadores encuentren atractivos en su oferta. Se trata de impulsar el empleo, algo que no se consigue castigando ni mimando, sino incentivando. Estos son, en fin, los problemas de las pequeñas profesiones.

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