El domingo pasado, Pedro Sánchez aseguró en Extremadura que «España va viento en popa a toda vela en términos económicos». ¿Es verdad eso? Los índices económicos dan la razón al presidente, aunque cualquiera se fía de los economistas y sus índices. Para medir las crisis ... y las bonanzas, prefiero recurrir a cuatro índices populares: el índice Mary Quant, el Lipstick, el Cigarrillos y el Gusanitos. Cuanto más cortas son las minifaldas, que inventó Mary Quant, cuanto más rojos son los lápices de labios, cuanto más cigarrillos se consumen y más gusanitos se comen, más agudas son las crisis económicas. Los tres primeros índices son internacionales, el de los gusanitos se lo inventó un empresario extremeño que tenía una cadena de tiendas de chucherías.

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Atendiendo a esos índices populares, Pedro Sánchez tiene razón: las minifaldas no son moda, los cigarillos son anatema, los pintalabios para este invierno, según la revista Mujer Hoy, son el mocha mousse, el dark cherry (cereza oscuro), el berry makeup (mora aframbuesado) y el mulled wine (entre ciruela y vino), o sea, nada de rojos brillantes, y en cuanto a los gusanitos, el empresario extremeño ha tenido que cerrar todas sus tiendas de golosinas. Así que Pedro Sánchez debe de tener razón: viento en popa a toda vela.

En su última novela, 'Detrás del cielo', Manuel Rivas cuenta que el sabio Rof Carballo sostenía que el complejo más extendido entre los gallegos era el síndrome de Polícrates, es decir, sospechar cuando las cosas van bien. Ahí va a estar la clave de que los españoles no acabemos de creernos la bonanza económica, en el índice Polícrates, que Feijóo y su equipo galaico intentan extender a toda España.

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