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Si algo está completamente claro en esta desvergüenza de la amnistía a Puigdemont y demás comparsa independentista es que si Pedro Sánchez no hubiera necesitado ... los votos de Junts no se habría producido semejante humillación al Estado. Por eso es una milonga lo del argumento de la reconciliación y la concordia para justificar que Puigdemont se vaya de rositas, se ría de los españoles (empezando por el propio presidente socialista) y deje abierta la puerta a repetir lo que hizo en 2017. Pero una vez que todo está abocado a que la amnistía salga adelante con todos los partidos que quieren romper España, ha llegado el momento de que los dirigentes del PSOE de Castilla y León y los de las nueve provincias que conforman esta comunidad empiecen a desfilar ante los ciudadanos de estas tierras para explicarnos esta decisión.
Cuando este cronista indicó hace semanas que estaba deseando escuchar a los Luis Tudanca, Óscar Puente, Ana Sánchez, Carlos Martínez y demás cargos socialistas los argumentos de la amnistía y los beneficios para Castilla yLeón, en particular, y España, en general, alguno de los aludidos no tuvo el menor empacho en recalcar, vía Whatsapp, un 'estoy deseando' que sonó a machada de barra de bar. Ahora, llegado el momento, sería bueno que saliesen de las sedes socialistas y nos mostrasen por qué hay que amnistiar a Puigdemont y, de paso, a todos los que quemaron contenedores y levantaron adoquines para lanzarlos contra policías y guardias civiles durante interminables noches que incendiaron la convivencia tras el referéndum, la declaración de independencia y la posterior condena del Supremo a los políticos independentistas que dieron la cara (no como Puigdemont, que huyó en el maletero de un coche).
Al menos, podrían salir a la palestra los tres dirigentes socialistas que tanto protagonismo están teniendo en el PSOE federal a cuenta de las generales del 23-J. Los tres, ¡oh, qué casualidad!, de Valladolid. Los tres, ¡vaya coincidencia!, con nómina pública que depende de que Sánchez les siga colocandos en listas electorales. Y, quién sabe, si en el Consejo de Ministros. En el PSOE de Valladolid tienen sueños dulces por la posibilidad de que el exalcalde, hoy diputado venido a más por su cara a cara con Feijóo, llegue a ministro. Aunque parece que le ha salido un rival del terruño, el pseudosegoviano ÓscarLópez, de quien aseguran que está cargado de papeletas para tener cartera ministerial; y eso que perdería influencia, porque muchas de las llaves que abren la puerta del presidente del Gobierno las tiene él.
Influencia tiene, eso sí solo de puertas adentro de la sede de Ferraz, aunque bastante es, el refractario a la afabilidad Javier Izquierdo, el senador que nutre de informes electorales a la ejecutiva federal y, especialmente, al número 3, Santos Cerdán, al que mandaron esta semana a Bruselas a postrarse ante Puigdemont y, ¡oh, sorpresa!, junto a la eurodiptada y cabeza de los socialistas en el Parlamento Europeo Iratxe García. Esta dirigente, que es el mejor termómetro para saber cuándo hay convocadas algunas elecciones (¿Iratxe en Valladolid? Elecciones a la vista) no podía negarse a sentarse con el prófugo para santificar el pacto de investidura: en mayo habrá elecciones europeas y si quiere seguir encabezando la lista del PSOE no le queda otra que decir sí al jefe sin rechistar. Incluso, dicen los más enteradillos, es la principal aspirante a la cartera de Igualdad del próximo Gobierno Sánchez. ¡Otra rival para Puente!
Claro que con su sola presencia en ese video mudo con Puigdemont, la eurodiputada vallisoletana ha hecho el mayor favor a los españoles sobre la justificación de la amnistía a Puigdemont. Y este no es otro que el PSOE no sabe justificarla: cuando se le pidieron explicaciones de por qué se sentó con el prófugo independentista, Iratxe García no tuvo otra que decir que su responsabilidad es contribuir a un Gobierno progresista (sic). ¿De verdad se contribuye a un Gobienro progresista arrodillándose ante Puigdemont y pactando con los herederos de ETA?
Así está escribiendo el futuro de España este PSOE. Pero no puede extrañar si tenemos en cuenta el protagonismo de los tres vallisoletanos citados (Puente, Iratxe e Izquierdo). Se vuelve a cumplir la máxima de que en el PSOE cuanto peor resultado obtienes en las urnas, más asciendes (¿Verdad, Tudanca? ¿A que sí, Ana Sánchez?). Bajo la dirección de Óscar Puente, con Javier Izquierdo en la sala de máquinas de Ferraz y con Iratxe García en cabeza de los socialistas en el Parlamento de Estrasburgo, el PSOE tuvo en mayo en esta provincia el peor resultado en unas municipales de la reciente historia democrática. Pero a ellos qué les cuentan... ¡hasta suenan para ministros!
La calculadora de Mañueco echa humo ante el desgaste electoral que va a tener el PSOE.
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