Gallardo y el mariachi de Alfonso

Mañana, lunes 26 de marzo, comenzará la vista oral de la Perla Negra, que debe dirimir si en la época en que Juan Vicente Herrera presidía la Junta de Castilla y León hubo corrupción en el alquiler y posterior compra del edificio de Arroyo de la Encomienda que fue bautizado con el nombre del barco de 'Piratas del Caribe'. Si ninguna de las partes pide el aplazamiento de nuevo (como ocurrió hace un año) o, si pidiéndolo, el tribunal dice que siga adelante, en los próximos tres meses tendremos varias sesiones semanales a la espera de sentencia. Se sientan en el banquillo altos cargos nombrados por el fallecido Tomás Villanueva, como los exviceconsejeros Rafael Delgado y Begoña Hernández, el exdelegado territorial Juan Carlos Sacristán y el exdirector de Excal Alberto Esgueva.

'Es el pasado', llevan años gritando desde el partido y el gobierno de Mañueco. 'Eso no es cosa nuestra', insisten desde la sede regional del PP. 'No los nombramos nosotros'... Los más osados rematan que eso se lo tienen que comer (sic) Herrera y sus acólitos. Expresiones así muestran cómo desde este PP y esta Junta, presididos por Mañueco, hay una animadversión no disimulada hacia el el burgalés Herrera, hoy miembro del Consejo Consultivo de Castilla y León, vamos, una especie de prócer romano que transita por la política por encima del bien y del mal.

¿Qué no le perdonan a Herrera los del maricachi de Mañueco? Pues que en 2017, cuando el salmantino ganó las primarias del PP al leonés Antonio Silván, de facto el candidato herreriano en aquella batalla sucesoria, el burgalés no diera un paso al lado y le cediera la Presidencia de la Junta a Mañueco para que este dispusiera de dos años para darse a conocer desde el primer puesto institucional de Castilla y León. No se lo perdonan y, como en política las coincidencias las carga el diablo, esta semana estos críticos han tenido un hecho constatable con el que se han cargado de razón definitivamente: Feijóo dejó la Xunta a Alfonso Rueda a mitad de legislatura y éste ha renovado mayoría absoluta. Compone ya con Ayuso y Moreno el tridente vip de líderes territoriales del PP, en el que Mañueco baja un escalón.

Ampliar

Pero pese a sacudirse de encima la 'Perla Negra' como han hecho los 'mañuequistas', el presidente comprobará, es de imaginar que con desagrado, cómo esa interminable nómina de cargos y asesores que dependen de él no pasan de ser un mariachi. Por que, ¿cómo es posible que en las horas más bajas del PSOE en España, pueda salir su secretario regional, que no líder, Luis Tudanca, a sacar los colores a la Administración Mañueco con la noticia de que ésta ha concedido una ayuda de 12 millones de euros a una empresa de un acusado de la 'Perla Negra'? ¡Vaya metedura de pata! Muy propio de quienes no están a lo que tienen que estar.

Aún así, sonrojo incluido, Mañueco a lo suyo. Tiene suerte: su socio Vox, con Gallardo a la cabeza, no se entera de qué va esto. Y en pocas semanas, si Abascal no lo remedia, que después de lo de Galicia no tendrá el cuerpo para valentonadas, entregarán a Mañueco la herramienta que necesita para ser dueño y señor del todo el cotarro político castellano y leonés: el Presupuesto de la Comunidad, que le permitirá hacer y deshacer en 2024 y 2025. A partir de ese momento, ya primaveral, cuantas más veces diga Mañueco que no va a adelantar las elecciones, más cerca estará ese adelanto. No llegará a 2026, convocará antes: o bien con las catalanas o bien con las generales que se vea obligado a adelantar un Pedro Sánchez al que le acaba de saltar un caso muy gordo de presunta corrupción, que es lo que siempre aparece en política cuando se otea un cambio de ciclo.

PD. Si el juicio de la Perla Negra no vuelve a ser suspendido mañana, anoten fechas de lleno en la sala de vistas por las declaraciones de estos testigos: 5 de marzo Pablo Trillo, quien siendo alto cargo advirtió en la Junta y el PP de que lo de la Perla no olía bien; 12 de marzo, la exconsejera Pilar del Olmo; 14 de marzo, el expresidente Herrera, y 3 de abril, Ramiro Ruiz Medrano, que heredó la presidencia del PP de Valladolid del mismísimo Villanueva. ¡Vaya regreso a los ruedos!