
Los chicos de la sede
LA ESPITA ·
Es tan gruesa y grosera la incompetencia en los gobiernos de Valencia y de España que PP y PSOE ya se afanan por evitar contagiarse del previsible castigo en las urnasSecciones
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LA ESPITA ·
Es tan gruesa y grosera la incompetencia en los gobiernos de Valencia y de España que PP y PSOE ya se afanan por evitar contagiarse del previsible castigo en las urnasEl presidente de Valencia, Carlos Mazón, está política y socialmente tilinte. Durará lo que su incompetencia tarde en echarle, que será pronto. Encabeza una lista ... de dirigentes del PP que va a ir rellenándose a medida que vayan conociéndose detalles de cómo se comportaron desde que empezó a llover hasta que se ahogaron (por ahora) 223 personas. Que Mazón llegara dos horas tarde a la reunión de emergencias por estar buscando una directora para la tele autonómica, cuando ya había desaparecidos por la riada, no tiene explicación posible ni la tendrá. Es de las cosas que no se olvidan y la historia no perdona.
Enfrente, los socialistas tratan de sacudirse las responsabilidades y endosar todos los fallos y negligencias en el Gobierno de España a la Generalitat valenciana. Pero la frase de Pedro Sánchez de que lo que necesiten los valencianos para salir de esta «que lo pidan» pasará a los anales del cinismo político y del pasar de todo. Sánchez encabeza una lista de dirigentes socialistas que va a ir rellenándose los próximos meses, a medida que se conozca cómo se comportaron los ministerios desde que empezó a llover hasta que el agua sepultó pueblos.
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Responsabilidades, responsabilidades. Llegará, y no tardará, que empiecen a ser exigidas en las calles. Será cuando el barro, los escombros y los enseres destrozados desaparezcan de los pueblos arrasados por el agua, cuando los muertos estén enterrados y los heridos empiecen a recuperarse.
Responsabilidades, responsabilidades. La recuperación mental de los afectados va a depender mucho de cómo se diriman las responsabilidades políticas, ¡po-lí-ti-cas!, que ha de haberlas y serán pasadas al cobro por los ciudadanos más pronto que tarde. Que Mazón y su gobierno lleguen a la época del turrón en los cargos sería inexplicable.
¿Cómo es posible tanta incompetencia? Hay que acudir a los clásicos y recordar los ataques de furia que le entraban al que fuera alcalde del PP en Valladolid, Javier León, cuando le querían quitar el bastón de mando desde la dirección de su partido, con Tomás Villanueva al frente y el inestimable hacer de Ramiro Ruiz Medrano, que ahí sigue atornillado al escaño y las dietas de las Cortes de Castilla y León. 'Los chicos de la sede' acuñó el exregidor para definir a toda aquella troupe de dirigentes del bautizado 'Clan Villanueva' o, en versión reducida, 'Clan del Montico', que valían para un roto y para un descosido; lo mismo te los encontrabas en el consejo de administración de una caja de ahorros que dirigiendo una concejalía de urbanismo. Aquello hizo escuela. No hay más que mirar a la estructura orgánica de la Junta que dirige Alfonso Fernández Mañueco: el que ayer valía para concejal de, por ejemplo, Turismo hoy, por poner un caso, puede estar diseñando estrategias de difusión de la imagen de la comunidad o dirigiendo el aparato administrativo autonómico o la política del patrimonio histórico. Qué más da: Hacer la pelota al líder y pegar carteles electorales desde Nuevas Generaciones (hoy es poner mensajes en X) o desde las Juventudes Socialistas ha garantizado los últimos veinte años como mínimo una tarjeta de asesor de presidente de Comunidad Autónoma o de alcalde de capital más que disponer de un doble grado universitario y cinco másteres en Harvard.
La raíz de la incompetencia en Valencia, tanto desde la Generalitat como desde La Moncloa, se encuentra en cómo los partidos premian con cargos públicos a los chupatintas de las sedes. ¡Los chicos de la sede al poder! Y, luego, pasa lo que pasa: hoy se te quema media provincia de Ávila o de Zamora y mañana el agua te arrasa Valencia.
Lo de Valencia es ya el antes y el después en la relación políticos-administrados y por cómo han actuado esta semana en la Meseta los dos grandes partidos, PP y PSOE empiezan a buscar que lo que les pase por su incompetencia valenciana no se contagie en las urnas de aquí. Y les vale lo que sea. Así, el secretario regional del PSOE, que no líder, Luis Tudanca, se envuelve en la bandera de la responsabilidad institucional y se abstiene en la votación del techo de gasto (paso necesario para tramitar un presupuesto; aprobarlo es otra cosa) con el fin de tratar de ocultar un tacticismo que no tiene sentido a estas alturas de su fallida vida política: Tudanca y táctica son antónimos.
¿Y Mañueco? La retahíla de obviedades que dijo el lunes en una intervención pública en Madrid no extraña viendo que asesores tiene. ¡Ay, los chicos (y chicas) de la sede!
PD. Atentos a lo que deje vivo la riada en la clase política. Emerge en el ámbito nacional la imagen del vallisoletano Óscar Puente. De ministro que insulta a ministro que informa. «El Churchill de Pucela: cómo Óscar Puente se convirtió en el ministro de la España indignada», detallaba ayer 'El Confidencial'. «Al Gobierno le han faltado en esta crisis tres Óscar Puente», aseveraba por segunda vez 'La Vanguardia'. Atentos.
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