
Cantito en los dientes
LA ESPITA ·
Mañueco ya tiene lo que siempre quiso, todos los focos puestos en él, mientras quienes pueden hacerle sombra están a uvas, como el PSOE regional, o no se enteran, como VoxSecciones
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Mañueco ya tiene lo que siempre quiso, todos los focos puestos en él, mientras quienes pueden hacerle sombra están a uvas, como el PSOE regional, o no se enteran, como VoxImposible estos días no recordar un diálogo que organizó El Norte de Castilla en junio de 2016, en Valladolid, entre Pedro Sánchez, candidato a la ... Presidencia del Gobierno, y Óscar Puente, alcalde de la capital del Pisuerga. Apenas diez días antes de las Generales del 26 de ese mes, las que se repitieron porque en diciembre anterior no hubo acuerdo para formar Gobierno, los dos dirigentes se reunían ante un redactor y un fotógrafo de este diario. Dialogaron sobre qué influencia podían tener ejemplos de gobiernos locales socialistas en el futuro ejecutivo de Sánchez si llegaba a La Moncloa. Cuando el redactor y el fotógrafo llegaron al lugar del encuentro, los vestuarios del polideportivo municipal del barrio de La Victoria donde luego, en la cancha, habría mitin, se encontraron con el personal de prensa del candidato Sánchez. El alcalde Puente no llegaba y, tras unos minutos, apareció Sánchez. Saludos, fotos, espera, Puente que no llegaba... Hasta que una integrante del equipo de comunicación de Sánchez dijo que había que empezar. ¡Pero si falta el alcalde!, exclamaron los de El Norte. Y el propio Sánchez preguntó que si es que iba a ir Puente. ¡Qué desconcierto! Lo que iba a ser un diálogo Sánchez-Puente resulta que el primero ni lo sabía. Tras unos minutos más de espera, la 'comunicadora' del PSOE federal se acercó al redactor y le conminó a empezar. ¿Qué empezar, si para un diálogo hacían falta dos y uno no había llegado? Imposible no recordar aquel momento. «A ver, a ver. ¿Es este el candidato a la Presidencia del Gobierno?», preguntó ella. «Claro», dijo el redactor. «Pues chaval, cantito en los dientes, que no lo tienes para tí todos los días; así que empieza la entrevista».
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Apareció en ese instante, como una exhalación, el alcalde; saludos, sensación de alivio y empezó el diálogo. La hemeroteca, que es tan cruel como justiciera, muestra que el titular de aquel diálogo fue esta frase, en boca de Sánchez: «Haré de la transparencia mi acción, como lo hace Óscar en Valladolid». Ocho años después y un intento de no se sabe bien qué, si dimitir por amor o tener a España en vilo para hacerse el imprescindible, ese titular de Pedro Sánchez no sólo lo retrata de arriba a abajo (transparencia en lo de las informaciones sobre su mujer, Begoña Gómez, lo que se dice transparencia...) sino que deja en evidencia al personaje, cuya autoridad ha empezado a resquebrajarse con el sainete de los cinco días de asueto. Si no son los albores de la caída en desgracia del presidente resistente, a lo que asistimos y asistiremos en el medio plazo se le parece mucho.
Y ahí está su partido, a todos los niveles, haciendo ya conjeturas sus dirigentes, que miran cómo colocarse bien para lo que pueda venir. Huelen el postsanchismo, que en estas tierras tiene un nombre, el ministro sonrisa del régimen, Óscar Puente, que ha sonado en algunos ámbitos madrileños como uno de los posibles sucesores del presidente.
Que Óscar Puente es el que manda sobre el PSOE de Castilla y León es evidente. Y que cuando la ejecutiva federal le dé la patada al secretario regional, que no líder, Luis Tudanca, será por que Puente lo ha decidido, está claro. Pero cuesta creer que el 'tapado' para relevar a Sánchez sea el vallisoletano. Es más, tal y como se las gasta Sánchez (¿verdad, Ábalos? ¿verdad, Carmen Calvo? ¿verdad Adriana Lastra?), Puente debería medir más sus fuerzas. Basta con ver al maestro en esto de quitarse estorbos de encima, el presidente de la Junta y del PP regional, Alfonso Fernández Mañueco. Intentó sacar la cabeza a su lado el burgalés Ángel Ibáñez y se lo cargó de un plumazo. Se postuló JJ Carnero para ser su reemplazo y lo mandó a purgar al Ayuntamiento de Valladolid, donde el medio alcalde-medio senador no oculta que se aburre como una ostra. Ahora manda a Bruselas a Raúl de la Hoz, en una hábil jugada que le permite a Mañueco, primero, aparecer como influyente ante Feijóo y frente a Puente y Tudanca, que han perdido un socialista de la región (Ibán García, de León) en puestos de salida de la lista europea; y, segundo, tener manos más libres aún para decidir el futuro PP regional.
Recuperado para el puente de mando Pedro Viñarás; dándole alegrías políticas dirigentes como Isabel Blanco y María González Corral (saben estar y no estorban al líder), Mañueco mira a su izquierda y ve a un PSOE desnortado; mira a su derecha y ve a un García-Gallardo y a un Vox desorientados. Tiene el presidente ya la herramienta que le da todo el poder para hacer y deshacer electoralmente, los Presupuestos para 2024. En la práctica es como si hubieran echado el cierre a las Cortes de Castilla y León:para que se apruebe una ley van a tener que sacar los de Abascal a San Isidro en procesión, a ver si les hace el milagro.
Mañueco ostenta el máximo poder; así que quien se mueva a su alrededor, ojo, no le den con un cantito en los dientes.
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