Adiós a Celia Sánchez, el inolvidable brillo de una sonrisa

'The Boss'. Así me llamaba 'Celita', que es como yo me dirigía a Celia Sánchez. Cuando trabajábamos juntos en El Adelanto de Salamanca, yo creo que lo hacía para que algunos redactores más jóvenes no se creciesen al disfrutar del 'ambientazo' que gente como ella y muchos de los que la lloran desde ayer desconsolados, lograban generar en la redacción. Allí, ella era una de las estrellas más brillantes, y siempre acompañaba la luz que desprendía con una voz inconfundible que se mezclaba con su risa. Porque 'Celita' era pura alegría. Yo creo que hasta enfadada tenía una sonrisa en la boca y le brillaban igual los ojos. Pero a ella no le gustaba demasiado compartir esas cosas, para los demás, solo derrochaba de las buenas.

Como decía hoy un amigo común, Celia Sánchez era la dueña «del rincón de los culturetas» en la redacción de la Gran Vía salmantina. Magnífica conocedora de todo lo que se cocía en la movida cultural salmantina, 'Celita' no se quedó ahí, y siempre cultivó con la misma pasión que el periodismo su otra faceta, la de actriz.

Cuando decidió irse a Madrid para seguir formándose profesionalmente en varios proyectos televisivos y volvía a Salamanca, intentaba ponerse en contacto con 'The Boss'. Ella sabía que yo me derretía cada vez que me lo decía, y también sabía que para mí, haber sido su 'jefe' era un orgullo, y ser su amigo, una satisfacción inmensa.

Y para todos. Yo no conozco a nadie que no se sintiese atraído por una persona como Celita a los cinco minutos de conocerla.

Volvió a su querida ciudad para embarcarse en otro proyecto periodístico al que aportó toda su experiencia y profesionalidad, 'El Día de Salamanca'. Y ahora nos toca despedirla otra vez 'en la tele', donde mejor dejaba ver su energía como comunicadora.

Entre medias, además de su pasión por el teatro, pudo también desarrollar su amor por la literatura y en lo más duro de la pandemia dio el salto a la creación literaria, con 'Un asesinato entre doce', que desgranó por capítulos en sus redes sociales para que sus lectores llevasen mejor el confinamiento por la covid. Así era Celia Sánchez.

Y ahora, que seguro que ya está entre bambalinas, preparada para que el arte que emanaba de sus ojos, de sus gestos, de su magia personal, de su eterna sonrisa..., tampoco pase desapercibido en el lugar eterno al que viaja la buena gente como ella, solo me queda dar ánimos a todos los que la querían, porque, a mí al menos, saber que compartía ese cariño con tanta gente me reconforta un poco en unos días tan difíciles.

Este jueves por la mañana será su despedida en el tanatorio El Salvador de Valladolid, donde hoy descansan su restos. Y también se ha organizado un acto de despedida en Salamanca, donde no solo la profesión periodística, sino todo el mundo que la conocía, sigue consternado por su muerte. El funeral será este viernes por la mañana, a las 11 horas en la iglesia de San Juan de Sahagún.

Descanse en paz.

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