Las incógnitas municipales
El óxido de los días ·
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«En Valladolid hemos tenido buena suerte con los alcaldes»En Valladolid hemos tenido buena suerte con los alcaldes. Tanto Rodríguez Bolaños como Javier León dejaron la ciudad mejor de lo que la encontraron. La política –la vida– se trata de eso; recibir algo, conservarlo y, en la medida de lo posible, mejorarlo para ... encauzarlo hacia el futuro. Creo que –sin entrar en detalles– Óscar Puente también ha sido buen alcalde, con el hándicap de haber dependido siempre de otras formaciones, con las que, a pesar de la paz cosmética y del silencio cómplice, ha tenido que lidiar crisis, momentos de tensión y negociaciones más que duras. No todo ha sido placidez y no ha tenido posibilidad de brillar con luz propia.
La izquierda tiende al adanismo y, cuando llegan a un territorio, suelen creerse los primeros en pisarlo; se perciben a sí mismos como colonos de esa tierra nueva cuyos planos han de levantar por vez primera, como un adolescente llegando al amor. Se sienten los primeros de una especie, la vida ganando espacio al olor a cerrado y cosas así. Por eso, es de agradecer que Puente haya sido capaz de no dejarse llevar por los cantos de sirena del adanismo preventivo de su propio partido y de sus socios y conservar aquello que merecía la pena ser conservado. Es cierto que la ciudad no ha sufrido grandes cambios, pero, quizá, ni hacía falta ni era el momento. Del mismo modo que es cierto que esta tendencia continuista puede percibirse como un aplauso del PSOE a la gestión previa del PP, el abucheo del PP al continuismo de Puente podría interpretarse como autocrítica.
Las cifras acompañan a Puente. Crecimiento, empleo, 'boom' del turismo… Es absurdo negar la frialdad aséptica del dato, sea o no heredado. También hay máculas. La ciudad está más sucia y es evidente el error de entregar la concejalía con mayor número de personal al partido con menor capacidad de gestión. No se ha llevado a cabo ninguna obra, salvo anécdotas. El balance es correcto, pero se queda corto. Se pide más creatividad y valentía, sobre todo en ciertas áreas que piden cambios a gritos.
En cuanto a su mayor rival, Pilar del Olmo, también puede ser buena alcaldesa. Quien la conoce habla maravillas y uno tiene la sensación de que sería mejor alcaldesa que candidata, como suele suceder con los buenos gestores. Su proyecto es una incógnita, el PP provincial está roto en mil pedazos, y el peaje de ser candidata ha sido no poder hacer la lista que ella –y todos– habríamos querido. Solo una victoria podría servir de pegamento. Quizá se esté ofuscando en un soterramiento cuya imposibilidad ya está asumida y es evidente que, gane o no gane, necesitará apoyos, como los necesitará Puente.
Empieza, por lo tanto, el 'Juego de Tronos'. El PSOE depende de que Saravia no se desinfle. Si no suman, la Alcaldía estará en manos de Ciudadanos. ¿A quién dará el bastón? ¿Seremos moneda de cambio de una partida que se juega en Madrid? ¿Tiene sentido el cordón sanitario de Rivera a Sánchez si le regala luego poder local? ¿Se puede ser el líder del centro derecha pactando con la izquierda? ¿Entrará con concejalías si pacta con Del Olmo?
Veremos. Por mucho que diga Puente, en el caso de que no siga, su lugar será la política nacional. Si logra gobernar, la bomba estallará en Alcalleres. En cualquier caso, el panorama es incierto y cuatro años sin elecciones serán muy largos. Ya veo volar los cuchillos y los dragones. 'Winter is coming'.
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