Los idus de marzo

A estas alturas, y ante la falta de criterio de los líderes políticos, tiendo a reposar mi cabeza sobre el azar. Las consignas de comportamiento que se otorgan a los ciudadanos son culpabilizadoras e infantiles, así que casi prefiero soñar con unicornios y billetes premiados de lotería, contemplando la posibilidad de colar a un par de videntes entre la legión de asesores, más que nada para hacer temblar esta seguridad de cartón piedra. Todo esto viene a que el Ministerio de Igualdad apoya a la comisión del 8-M, que quiere volver a ocupar las calles, si bien esta vez, guardando las distancias de seguridad. Al oír esto no pude evitar pensar en Julio César, y en el punto de inflexión que supuso para la historia.

Esta semana hemos rondado los cuatrocientos muertos diarios, y el cómputo oficial de fallecidos en el mes de febrero pasa de los 9.000, con medidas de seguridad y restricciones horarias. Sin embargo, ante la bajada de contagios parece que se inicia de nuevo la romería empezando por ese día que nació revolucionario, y cargado de sentido común, para acabar siendo una imposición irritante, una deriva triste y agotadora a los ojos de quienes hemos peleado a brazo partido por nuestra dignidad.

Como periodista y mujer sigo el rastro de las publicaciones de la Comisión de la condición jurídica y social de la mujer de la ONU. Ellas han elegido como lema para el Día Internacional de la Mujer del 8 de Marzo de 2021 'Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo del Covid-19'. Por mi responsabilidad profesional también recojo las declaraciones de Irene Montero y el Ministerio de Igualdad, que este año pide a las feministas que se unan en una respuesta unitaria, sólida y firme contra la extrema derecha y Vox. Paso de comentarlo. Ni rastro de pronunciamientos contra los tuits machistas y denigrantes del rapero leridano que maneja la palabra 'zorra' con excesiva libertad de expresión.