Cuando un periodista critica a Vox, enseguida será tachado de podemita; si lo hace teniendo como objetivo el PP, se le tomará como 'progre'; y, en caso de dirigir sus dardos contra el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, puede prepararse para ser calificado de ... ultraderechista. Es lo que hay. En democracia la vigilancia de los medios de comunicación es un factor determinante de la vida pública. Todos los partidos políticos dicen asumir este control y defender la libertad de expresión y las críticas que puedan recibir porque –afirman con la boca pequeña–, les ayudan a mejorar, pero la verdad más palmaria evidencia que todas las formaciones se llevan mal con los comentarios adversos a sus actuaciones y los toman como una desafección intolerable por parte del profesional de la información que ose formularlos. Un periodista que quedará indefectiblemente descalificado a ojos del partido objeto de sus desacuerdos y censuras.
Publicidad
Los responsables políticos, alérgicos, digan lo que digan, a las críticas por nimias que éstas sean, tienden a refugiarse en conceptos extremadamente simples para justificar sus errores o su inacción: «Como somos profundamente progresistas y feministas, no admitimos el más mínimo reproche de nadie, y si se producen es porque quienes los realizan son reaccionarios enemigos de la libertad». Y lo mismo sirve en sentido contrario, no se vayan a creer, que aquí no se salva nadie. Ocurre, empero, que la escalada de descalificaciones ha subido varios tonos hasta alcanzar una situación propia de regímenes totalitarios. Basta, por ejemplo, con que un periodista señale errores evidentes de Pablo Iglesias o algún alto dirigente de Podemos, para que una caterva perfectamente organizada de energúmenos caigan sobre él en las redes sociales denigrándolo hasta extremos inaceptables. Y si osa en su actitud se encontrará directamente señalado en un panfleto digital utilizado por la formación para ajustar cuentas. Así se las gastan. Anteriormente quienes mandaban, vetaban a profesionales en las tertulias de radio y televisión que controlaban y procuraban no dar ni agua a quienes mostraban desafección. Ahora, las cosas han pasado a mayores afectando, esta vez si, a la calidad intrínseca de nuestro sistema democrático.
Los políticos siempre han entendido que se está con ellos o se está contra ellos, sin términos medios. Los matices y la fineza nunca han sido su fuerte. Quieren periodistas sumisos, prestos a replicar en los altavoces mediáticos los argumentarios de partido y si no, se les condena al averno. Alguien podría criticar, legítimamente, al todavía vicepresidente segundo del Gobierno, responsable de las políticas sociales, porque no se haya dignado visitar las colas del hambre que se multiplican cada día en todo el país. También el que no haya hecho un recorrido obligado por las residencias de ancianos que tanto han sufrido las devastadoras consecuencias de la pandemia. Y a este paso, ya no lo va a hacer, porque Iglesias prueba ahora fortuna en la politica madrileña sin que conste que haya dejado su impronta en los principales problemas que tenía asignados en la responsabilidad que ahora deja voluntariamente. Y esto, que nadie se confunda, no tiene que ver con la ideología, sino con la mera competencia, por mucho que algunos traten de esconder sus clamorosas carencias en supuestas campañas de desprestigio orquestadas para atacar el avance de la sociedad.
Los políticos están para resolver problemas, no para crearlos. Y los medios de comunicación tienen la misión ineludible de vigilar al poder para denunciar sus comportamientos cuando estos no son correctos. Duros los tiempos estos en los que resulta más necesario que nunca recordar lo obvio.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.