El primer día de asueto las terrazas de algunos bares estuvieron abiertas hasta bien pasada la medianoche, y más que un lunes de mayo parecía un fin de semana de julio cuando el personal sale a tomar la fresca. El éxito fue tan espectacular que ... El Norte de ayer preveía que en breve abrirán la otra mitad de los establecimientos hosteleros que no lo hicieron durante la primera jornada. No quiero ser agorero, pero me temo que las medidas de prevención ordenadas o sugeridas por el Gobierno suelen relajarse a medida que pasan las horas, y dudo que en todos los espacios se respeten la distancia social o el uso correcto de mascarillas, porque no es lo mismo llevarla tapando nariz y boca que adornando el pescuezo como una pajarita.
Publicidad
Puede que me esté volviendo un aprensivo considerable, por no decir un cagueta, pero cuando veo espectáculos como el de esa primera noche me preocupa la velocidad de crucero que llevan algunos abriendo a caño libre durante horas y horas. Si esto sucede en la fase uno de la desescalada, tiemblo pensando cómo serán nuestras vidas cuando pasemos a la siguiente, y a la otra, hasta llegar a la 'normalidad' de antes. Viendo el relajo con el que las autoridades municipales entienden el negocio de otros, la codicia de llenar hasta la bandera, y la desidia de los clientes que se saltan las normas, me pregunto qué nos ha enseñado la pandemia y si a algunos les falta un hervor.
Noticia Relacionada
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.