Del mismo modo que hay caramelos envenenados, hay herencias que también lo están. Mucho se ha escrito y dicho sobre lo justo o injusto del impuesto de sucesiones y donaciones, pero la verdad la conocen quienes han tenido que hacer frente al cuantioso ... coste de pagar por la riqueza recibida cuando se hereda. Que se lo pregunten a Paloma. Solo diez minutos de conversación bastan para desmostrar que este impuesto no solo afecta a familias con ingresos muy altos. Así que no me vale el argumento de que es una bandera que enarbolan los partidos de derecha, que hay de todo en la viña del Señor.

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Siendo una veinteañera perdió a un padre. Su repentina muerte llegó cargada de dolor y de incertidumbres. Heredaba un piso en Palencia, un 25 por ciento de una edificación y un terreno para construir viviendas. ¿De dónde saca 600.000 euros por asumir ese patrimonio que su padre acumuló tras años de duro trabajo? Los plazos se agotaron, no pudo renunciar y hoy acumula una deuda de más de dos millones y medio de euros.

El paso dado en el Parlamento no es desdeñable. Podrá beneficiar a entre 5.000 y 15.000 familias en Castilla y León que no verán comprometida ni la economía ni la vida misma por los caprichos del destino. Para Paloma la supresión llega tarde pero garantiza que sus dos herederos, al menos, no tendrán que soportar una losa maldita para que la sucesión cumpla su finalidad.

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