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Como periodista no he asistido nunca a un pleno de las Cortes: ni las de aquí ni las de cualquier otra autonomía. Mentiría como un ... bellaco si dijera que estoy arrepentido de no haber escuchado en vivo y en directo algunas de las sesiones plenarias de mis representantes regionales, aunque tengo la sensación de no haberme perdido nada. Pero hoy fue mi bautismo de fuego 'parlamentario' ya que me encargaron comentar la intervención de don Luis Tudanca, candidato a presidir el Gobierno regional si conseguía desbancar al señor Mañueco. Y, francamente, poco antes de que a mediodía llegara el primer receso, ya tenía la cabeza como un bombo y la sensación de que la jornada acabaría dejándome los pies fríos y la cabeza caliente.

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La primera parte, en la que el aspirante, además de afear al presidente de la Junta de Castilla y León algunos de los casos más conocidos de la corrupción de su partido, hiló un discurso bien escrito ofreciendo objetivos más o menos concretos, que es lo que esperamos muchos. Don Luis Tudanca se comprometió a recuperar la paz social, a trabajar por la unidad contra la crisis, a dignificar la política, a luchar contra la despoblación, destinar tropecientos millones de euros a la sanidad pública y aprovechar como Dios manda los fondos de ayuda aprobados por la Unión Europea. Me quedé con una de sus frases más redondas: «No hacer nada no es una opción».

Tras escucharle, di por bueno el madrugón y, ya puestos, seguí el discurso y la réplica posterior del señor presidente del Gobierno regional, que comentaría gustoso si no fuera porque de eso se encargan otros colegas, siempre mejor informados que yo. Sin embargo, me gustaría destacar dos frases de don Pedro Pascual, representante por Ávila en el Grupo Mixto: La primera: «Estamos hartos de declaraciones vacías», y la segunda: «Dejen de pelearse y caminemos todos juntos».

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