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Si la familia real de Inglaterra es tan racista como ha insinuado Meghan Markle, ¿por qué la reina le dio luz verde para casarse con su nieto?, Harry el pelirrojo. No fue cualquier boda, si no una que costó más de 37 millones de euros, ... pagados por la mismísima Isabel Windsor. (Extraordinario pensar que tanto dinero cabe en un bolso tan pequeñito.)
En la capilla del castillo de Windsor, una de las residencias de la real abuelita, el arzobispo de Canterbury ofició una ceremonia tradicional, seguida de un bonito sermón moderno, dado por el negro Michael Curry, el número uno de la iglesia anglicana en los EE UU. Luego, la feliz pareja atravesaba en coche de caballos las calles bordeadas por la guardia real y con las aceras llenas de miles de «súbditos leales».
Una vez incorporada a 'The Firm' (la empresa), Harry y su guapa esposa empezaron a currar. Según el príncipe, en la ya famosa entrevista con Oprah Winfrey, el trabajo no es fácil. El suyo consistía en dar la mano a una serie interminable de desconocidos (que pertenecen a un orden social mucho más bajo). También, hay que sonreírles y decir «hola», y hay que hacerlo incluso aunque estés pasando un mal día, porque no te dejan quedarte en la cama. No. Uno tiene que limpiarse las lágrimas y… ¡seguir adelante! (Gracias, Majestad, por iluminarnos con su sabiduría.)
Pronto, el dulce sueño se convirtió en una pesadilla parar la novia. Como de costumbre, después de subirla en un pedestal, la prensa sensacionalista empezó a denigrar a la actriz de Hollywood, diciendo que su cuñada Kate Middleton era más maja, y otras calumnias. Toda una gran sorpresa para la inocente duquesa. Parece que no sabía que eso iba a pasar, o nadie le había contado como murió su suegra. Increíble, pero aún peor: durante su embarazo, dice, alguien de su familia política le preguntó sobre el color del baby, cosa que la hizo contemplar el suicidio. Harry la ha rescatado. Dando la espalda a su gente, los dos han emigrado a California. No ha sido fácil. Ahora el rubio tendrá que pagar por su propia seguridad y tiene solo la herencia de su mamá para hacerlo. ¡Pobrecito!
Tristemente, sí, hay racismo en Gran Bretaña, igual que en cualquier país, sin embargo, gracias a la historia de los Sussex, ya hay una prueba fácil para ver si estás contaminado con esa maldición social. Es muy simple: pregúntate si te importaría ver a un hijo tuyo casado con una 'persona de color'. Si contestas en positivo, busca ayuda.
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