La Asociación Empatía, formada por auxiliares del Servicio de Ayuda a Domicilio de Valladolid, presentó a mediados de noviembre el magnífico documental 'Las hadas existen', de Palmira Escobar, que describe la vida de las trabajadoras de ayuda a domicilio. Realizado sin medios económicos, pero ... con una impresionante capacidad para reflejar la precaria situación de 2stas. Más de 5.000 'hadas' hay en Castilla y León.
El servicio de ayuda a domicilio tiene el objetivo de que las personas en situación de dependencia puedan permanecer en su casa, evitando que se vean obligadas a ingresar en un centro residencial, un objetivo que comparto y que está siempre presente en las declaraciones públicas de los responsables políticos de la comunidad autónoma.
Que haya muchas trabajadoras de ayuda a domicilio aporta buenos datos estadísticos: hace crecer el número de personas que cotizan a la Seguridad Social, se incrementa la población activa y baja el paro. Datos que permiten presumir que la economía va bien. Pero si descendemos a la situación laboral de las empleadas de ayuda a domicilio, el panorama es otro: jornadas a tiempo parcial, que en muchos casos se hace de varias veces (dos horas por la mañana, una hora al mediodía y otra hora al terminar la tarde), lo que quiere decir que están todo el día ocupadas para ganar un sueldo muy inferior al salario mínimo interprofesional.
Castilla y León tiene una estrategia de envejecimiento activo y una de sus líneas de actuación se denomina 'A gusto en mi casa'. Para que una persona con limitaciones físicas o cognitivas pueda estar a gusto en su casa, es necesario que disfrute de las mínimas condiciones de higiene y alimentación que cualquier otro ciudadano. Esto solo es posible si le atienden las 'hadas de ayuda a domicilio'.
Para ser trabajadora del servicio de ayuda a domicilio se requiere una cualificación profesional, lo que es lógico porque tienen que atender a personas vulnerables, pero no se corresponde esta exigencia con el sueldo que perciben. El trabajo no solo requiere tener una amplia gama de conocimientos, desde cocinar hasta psicología para saber relacionarse con los usuarios, tarea no siempre sencilla. El tipo de esfuerzos que tienen que realizar provoca dolores de espalda, esguinces y todo tipo de lesiones que, con el paso de los años, se convierten en crónicas. Pero son de ese tipo de lesiones que los tribunales de la Seguridad Social no suelen reconocer como invalidantes. Tienen problemas para poder jubilarse, porque como cotizan por horas no solo son bajas las cotizaciones, y en consecuencia la pensión que en su día pueda generar, sino que lo tienen complicado para sumar los años de cotización suficientes.
Castilla y León tiene un sobresaliente en Dependencia, por lo que parece una contradicción que, existiendo tanta precariedad en la actividad laboral de las trabajadoras que atienden a los dependientes, tengamos tan buena calificación. La explicación es fácil, uno de los ítems que se utilizan para dar ese sobresaliente es que haya muchas personas trabajando en ayuda a domicilio. Lo que no valoran los ítems son las condiciones laborales de estas trabajadoras.
Actualmente llevan sin convenio colectivo varios años, porque las empresas del sector se niegan a mejorar las condiciones laborales de estas trabajadoras. Que la atención a las personas mayores no se convierta en un nicho de negocio es responsabilidad de las administraciones públicas.
El trabajo que genera el servicio de ayuda a domicilio no solo es un empleo no deslocalizable, sino que, por ser nuestra comunidad autónoma la que tiene mayor porcentaje de población de más de 65 años, seguirá creciendo. Aparte de constituir una oportunidad para fijar población en el medio rural, donde existe un alto grado de envejecimiento, supone una ocasión para fijar población en la España vaciada.
La calidad de vida de miles de personas mayores depende de las 'hadas de ayuda a domicilio', por lo que es necesario que sean reguladas las condiciones laborales de este sector garantizando un salario digno, que los desplazamientos entre unos y otros domicilios se considere tiempo de trabajo, que se tenga en cuenta que realizan una actividad de riesgo que genera enfermedades profesionales, que sus cotizaciones a la Seguridad Social les permita tener unas jubilaciones dignas.
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