Ibarrola

Guerracivilismo irresponsable

Dados rodando ·

La exhibición pirómana de esta campaña electoral sólo habrá servido para dividir radicalmente a la gente y aumentará más la mala imagen de de los políticos

Antonio San José

Valladolid

Martes, 4 de mayo 2021, 07:16

La Comunidad de Madrid vota hoy, al fin, después de la peor campaña que se recuerda en la etapa democrática reciente de este país. La irresponsabilidad de partidos y líderes de la denominada 'nueva politica', el apoyo desesperado del PSOE a esta espiral de enfrentamiento ... y la actitud de Vox tras el envío de cartas con balas al candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, han convertido las ultimas semanas en un lodazal donde se ha dado cita lo más abyecto de la política dinamitando todos los consensos básicos conseguidos, con tanto esfuerzo como espíritu de concordia, durante la Transición.

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Aquí nadie parece haberse parado en barras. El clima electoral, lo que se ha palpado en la calle y la opinión mayoritaria, más allá de las encuestas y, por supuesto, de lo que hoy puedan deparar las urnas, ha sido favorable de manera nítida a la actual presidenta, la popular Isabel Díaz Ayuso, mimetizada sin despeinarse nada menos que con la libertad. La campaña ha tenido dos fases bien definidas: una primera en la que el triunfo de ésta parecía fuera de toda duda, y un segundo tiempo en el que los partidos del espectro de la izquierda han pujado por la remontada. Lo que es lógico, legitimo y normal, resulta censurable si se acude irresponsablemente a argumentos guerracivilistas que sólo dividen a la sociedad sacando a la luz la cara más oscura de la politica. Que todo un ministro del Interior se haya referido al PP como una «organización criminal» refleja de manera clara el nivel barriobajero en el que se han movido estos días de mítines, actos públicos y mensajes descalificadores de toda laya.

Las cartas intimidatorias con proyectiles, cartuchos o navajas, mucho más inquietantes que realmente peligrosas, han constituido el punto de inflexión de Podemos para sobreactuar y agitar el espantajo de la llegada inminente de un fascismo que nadie ve por ningún lado. Una estrategia en la que, incomprensiblemente, han contado con el seguidismo, tan innecesario como desesperado, del PSOE. Los políticos han contribuido a exacerbar los ánimos de los suyos en procura de una movilización que se traduzca en votos, aunque para ello hayan dejado a la sociedad más fracturada que nunca. La aplicación de la polarización extrema y el 'divide y vencerás', es una estrategia peligrosa y altamente rechazable cuando se aleja de los consensos básicos que nos han permitido la mayor y más próspera etapa de libertad y progreso de nuestra historia.

Esta noche se conocerán los resultados y la Comunidad de Madrid, dentro de unos días, tendrá gobierno para dos años. Un magro tiempo de poder que no amerita el estropicio causado en el clima social. El final de esta película puede suponerse, pero no se conoce en absoluto. Como dijo el clásico 'hasta el rabo todo es toro', por lo que sobran las confianzas excesivas y las complacencias de unos y de otros. Serán los ciudadanos los que decidan, pero, pase lo que pase, la exhibición pirómana de esta campaña electoral sólo habrá servido para dividir radicalmente a la gente y, obviamente, actuará como un poderoso catalizador para aumentar aún más la mala imagen de de los políticos y el desinterés de las generaciones más jóvenes por la gestión de lo público, aquello que nos atañe a todos. Si resulta exigible que los representantes de los partidos ejerzan una inexcusable ejemplaridad, aquellos pueden estar seguros de que en esta ocasión han defraudado, con su rechazable comportamiento, todas las expectativas; si es que éstas tenían, por cierto, algún sentido. Decididamente, por este camino no vamos bien.

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